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Explosión De Color: La Receta De Euge Lemos Para Convertirse En Fashion Icon

Por @ahorapinto

enero 2019

Actriz, modelo, panelista de TV, animadora y fashion influencer son solo algunas de las credenciales que podríamos colgarle a esta argentina de 33 años, a la que conocimos como la “niña terrible” de los reality shows de mega, y que hoy se ha convertido en un verdadero ícono de Instagram y en reportera internacional de moda, ¿te acuerdas de la célebre frase “¡andá a comerte los postres!”? Con ustedes, Euge.

 Cuando la diseñadora española Agatha Ruiz de la Prada la conoció le dijo: “Tú eres mi hija perdida”, y es que esta argentina de 30 años es algo así como una bomba de colores que ha inundado Instagram y ha sabido reinventarse desde la red social no solo como la actriz que es, sino como una fashion influencer que día a día dicta cátedra de cómo llevar bien un outfit.

 Eugenia Lemos es ese tipo de mujer que en ninguna parte podría pasar inadvertida, ¿las razones? Digamos que hay una por cada color del arcoíris, pero no se trata solo de sus looks en los que nunca falta rojo, fucsia, amarillo, naranja (y toda la rosa cromática), sino además porque tiene una personalidad vibrante, una belleza cautivadora, una simpatía a flor de piel y un tono de voz (es argentina, partamos de esa base) que está ligeramente por sobre el patrón común de las mujeres. ¿Me permiten una revelación personal? Después de conocerla es imposible no amarla.

 “¿En serio tienes tanta energía y felicidad todo el tiempo o es parte del personaje “Euge” para los medios y las redes sociales?” le preguntamos, y nos responde con una mezcla rara de risa y un ligero atisbo de culpa: “Soy así, soy feliz, no sufro por nada”. Más tarde descubriríamos que es así, es verdad, es una mujer feliz y sonriente que, solo por dar un ejemplo, jamás usa color negro en su ropa porque está demasiado feliz como para usarlo.

SUEÑA EUGE, ¡SUEÑA!

Le pedimos que se definiera en una palabra y en medio segundo dijo “soñadora”, palabra que vino seguida de un contexto: “Mis papás se metieron en un crédito y compraron un terreno baldío, de esos como basurales, y luego construyeron una escuela que tenía un aula. A los dos años ya tenía dos, y ahora es una de las más grandes de la zona. Mi papá a través de juegos nos hacía ayudarle, nos decía ‘vamos a jugar a pegar baldosas o a pintar paredes’. Fue un proyecto familiar que empezaron sin plata y convirtieron el sueño de mi mamá, de tener su propia escuela, en una realidad”, recuerda.

A partir de esto Euge señala que ha cumplido cada sueño en su vida, quiso ser actriz, quiso ser famosa, quiso montar su propia obra de teatro, quiso tener su propio programa de TV y todo lo ha hecho. Suena irreal, pensamos, pero la energía de Euge da para mucho, incluso para vivir soñando. “La gente me dice que estoy loca, pero la verdad tengo un motor interno que me hace trabajar mucho, feliz, con ganas, pero yo vengo de una familia de trabajo y es algo natural; yo pagué mis estudios, por ejemplo, entonces trabajo feliz”:

 ¡ANDÁ A COMERTE LOS POSTRES!

No le gusta que se le tilde de “chica reality”, pero la verdad es que así la conocimos, al menos inicialmente. Euge tenía 24 años y una carrera seria en teatro cuando “la descubrieron”, y la invitaron a sumarse a un reality show trasandino. Teniendo un poco de miedo por la exposición y el prejuicio del mundo actoral ante este tipo de programas, finalmente aceptó.

“No era algo que estuviera dentro de mi proyecto de vida, pero lo vi como una gran oportunidad, al final lo vi como una inversión, como un trampolín. Me sirvió la fama, me sirvió la plata, aproveché el momento y tras el reality agarré la plata y la invertí en una casa; me sirvió”, recuerda.

¿Cambió tu vida con ese primer reality?

Claro que cambió mi vida, pero en realidad fue un salto a otras cosas. Yo sé que la gente me conoce por los realities, pero para mí no fueron nada, las cosas que han marcado mi carrera han sido otras como trabajar con Marcelo Tinelli, hacer giras por Sudamérica en obras de teatro, en Chile ser contratada por Mega. Para mí el reality fue como hacer un negocio, pero lo realmente importante viene después, cuando puedes mostrar para qué eres buena.

¿Le tienes cariño a la frase “andá a comerte los postres”?

Me pasa algo muy bonito, hace tres años la gente solo me decía eso, me lo gritaban en la calle, me lo recordaban siempre. Pero hoy ya no es así y la verdad es que la frase la dije y no tuvo gran repercusión en Argentina, solo pasó acá y creo que al final le sirvió más a la Luli que a mí. Pero bueno, creo que fue algo ingenioso, yo no golpeo ni digo garabatos, otra mujer hubiera dicho un garabato.

¿Cómo surge esa discusión?

Ella me pegó, discutimos y tras eso la sacaron del reality porque no se admiten los golpes.

¿Fue una discusión real?

No, para mí no, jamás en un reality tomé algo en serio, yo soy actriz y salir del reality era como bajarse del escenario; mi objetivo era siempre salir del reality y trabajar. Hoy de 10 personas que se me acercan solo una me recuerda lo de los postres. Lo que me pasa ahora es que la gente dice “mira, la chica de los colores”, y me piden datos de moda y se me acercan por eso.

 Después de un reality te llamaron para la sección de moda de un matinal… ¿cómo se dio eso?

Bueno, les gustaba como yo me vestía y me lo propusieron. Yo acepté obviamente, pero previo a eso hice dos cursos de asesoría de imagen y me compré todos los libros que pude, hice la producción de mi espacio desde conseguir las modelos hasta toda la ropa.

 Eres como la Agatha Ruiz de la Prada local…

De hecho, este año concreté un sueño que tenía hace tiempo, que era trabajar con Mati (Matías Kosznik, su pareja), viajar por el mundo, y conocer a personas fascinantes como Jeremy Scott, y Agatha, y lo primero que me dijo fue: “Tú eres mi hija perdida”. Nos llevamos muy bien, me prestó su colección y ahora soy rostro en Chile de Agatha Ruiz de la Prada.

 http://www.youtube.com/embed/lE6G_YsZQTY

EN DIRECTO DESDE EL NEW YORK FASHION WEEK

Euge es una mujer inquieta y trabajólica; esto, sumado a su especial gusto por la moda, hizo que creara junto a su pareja el programa “Viajeros de Moda” (Mega), que presentaron como un proyecto, produjeron y hasta comercializaron.

 Viajeros de Moda lo produces tú misma…

Sí, es un proyecto mío, yo armo los guiones, hago la producción, y a veces la gente piensa “qué suerte, te contratan para viajar”, pero en realidad hay harto trabajo detrás, no se trata solo de subirse a aviones.

LA VISIONARIA @EUGENIALEMOSOK

Tiene cerca de un millón de seguidores en Instagram, y podríamos decir que es una de las pioneras en el concepto “influencer” a nivel nacional. “Yo soy la primera que logró hacer una empresa de mi Instagram, porque la Kel (Calderón), por ejemplo, tiene muchos seguidores, es influencer, pero ella no vive de su Instagram como yo, porque esa es mi principal fuente de ingresos”, declara.

Fuiste muy visionaria con Instagram, ¿cómo partió eso?

Es que soy ordenada como abuela, soy súper rigurosa, trabajo con un equipo de fotógrafos, me preocupo, planifico, agendo, y cada fotografía que subo es el fruto de un trabajo multiprofesional muy serio.

 Pero el negocio de Instagram tiene que ver con un factor principal que es tener una gran base de seguidores. ¿Qué tienes tú que hace que la gente te siga?

Mira, cuando yo tuve mi “boom” televisivo aún Instagram no pegaba, por tanto, mi base de seguidores la hice después, cuando estaba en el matinal, cuando empecé a hacer animaciones en los reality, etcétera. Mi Instagram tiene un 80 % de seguidoras mujeres, que me siguen por la moda, son casi todas de más de 25 años, y ojo que ni siquiera tengo un millón aún, la Vesta (Lugg) tiene más, pero son niñas de 20 años, es decir, nativos de Instagram.

¿Cuál es la receta del éxito en redes?

Hacer el trabajo, hacerlo bien, hacer producciones para tus fotos, entregar reportes a las marcas que confían en ti. Y agregaría tener contenido, ir más allá del solo “like”.

En tu cuenta vemos principalmente outfits, ¿amante de la moda?

A mí me gusta la moda, me gusta arriesgar con lo que me pongo, no busco ser la más bonita, busco verme bien. Yo en la moda encuentro libertad, estoy muy lejos de ese encasillamiento que propone la moda en general con las tendencias del año y eso. Trato de mostrar un estilo propio.

¿Te consideras una influencer?

Mira, yo creo que cuando quieres ser influencer, inmediatamente dejas de serlo, porque la idea es que la gente te siga y siga algún consejo tuyo porque de verdad te crean.  A mí me gusta utilizar la palabra “motivar” más que “influenciar”, porque la idea no es que te copien o quieran ser lo que tú eres, sino que se motiven con lo que cada uno puede ser.

 FACTOR MATI

Mati es su compañero prácticamente de toda la vida, crecieron juntos en Padua, cerca de Buenos Aires, y han enfrentado varios proyectos juntos, el más reciente es su programa “Viajeros de moda”, espacio que coaniman juntos.

 La realización del programa fue un sueño cumplido para Euge: “Trabajar en moda, ir al fashion week, viajar con mi pareja, pasar de ciudad en ciudad, etc. Todo eso ha sido un sueño”.

Se ven una pareja perfecta, imagino que las familias ya están pidiendo nietos…

¡Sí!, pero el 2018 estuve cinco meses fuera de Chile, hoy tengo una vida y una proyección muy vertiginosa, y tengo varias etapas que cerrar antes de tener hijos; claro que los tengo planeados, pero no aún, a pesar de que todo el mundo te comienza a “exigir” hijos a partir de los 30 años.

A propósito de los 30, ¿te genera algún problema el tema de la edad?

¡Yo me siento de 25! Mi único problema es que siento que la vida se me pasa demasiado rápido y eso lo estoy viviendo hace un par de años, y me abruma un poco.

Y en ese mismo sentido, ¿cremas o jeringas?

Yo soy de la vieja escuela, no coincido mucho con las cosas muy invasivas, uso cremas y todo de manera muy natural, pero lógicamente la piel va cambiando conforme pasan los años. Por ahora trabajo en aceptarme, más que en querer ser algo o alguien que no soy.

DOBLARLE LA MANO AL PREJUICIO CHILENO

Tras la bullada polémica entre Eugenia y Nicole Moreno (Luli) en un reality show argentino, Eugenia es llamada desde Chile básicamente aprovechando lo álgida de esa discusión en la que prácticamente todo Chile se cuadró con Luli. No obstante, y sabiendo que venía con una carga de prejuicio por parte de la audiencia, Euge vino un par de veces a Chile y luego se radicó acá.

Llegaste a Chile siendo no querida por la gente, ¿cómo diste vuelta la percepción de conflictiva?

El trabajo dignifica, habla de la persona, creo que solo trabajando logré llegar al corazón de las personas mostrándome en todo lo que soy.

Hablemos de tu insigne positivismo…

Personalmente soy muy positiva, me cuesta mucho ver cosas negativas. Lógicamente en la vida hay ciertos dolores como muertes de personas queridas, o en mi caso tengo un primo que es adicto y eso a mí me parte el alma, yo misma y sola he intentado rehabilitarlo; tengo otra primita de siete años que está muriendo por una enfermedad terminal, y ese tipo de cosas realmente me angustian, pero en lo laboral no. Tú no sabes cuantas veces en mi carrera me dijeron que no, pero eso no me angustia. Lo que depende de mí no me aproblema, lo que me duele es lo que no puedo controlar.

¿Ese positivismo no se ve amenazado cuando te llegan comentarios negativos en redes sociales, por ejemplo?

Es que lo peor que me dicen es “fea” o “eso te queda mal”, pero yo soy muy clara en quién soy yo; los comentarios no me afectan.

¿Qué haces para tener esa energía?

Como huevo todas las mañanas (ríe).

Y cuando Pamela Díaz te botó a la piscina o Camila Recabarren te golpeó en TV, ¿no llegas a tu cama llorando o con impotencia?

No, es que esas cosas no son importantes para mí, después de eso me puedo ir a un cumpleaños y celebrar con amigos, no tengo problema porque sé en qué debo enfocarme, y una vez fuera del reality el problema se acaba. No seremos amigas, pero el tema queda ahí, es parte de un show.

¿Te equivocaste en mostrarte conflictiva en estos programas?

¡Ay, no sé! (ríe) Es que yo no busco la perfección, yo busco la felicidad, entonces los errores que podría haber cometido no los veo como un error finalmente. 

Has mencionado varias veces que vienes de una ciudad pequeña y que dejarla es prácticamente un logro…

Sí, yo soy de Padua, ni siquiera de la capital. Cuando niña juntaba plata de un sueldo para tomarme unas fotos con un fotógrafo de cumpleaños, y esperaba el siguiente sueldo para imprimir esas fotos y mandarlas por correo a agencias que encontraba en la guía amarilla, ¡imagínate!

¿Qué hizo que dejaras tu ciudad natal y quisieras ir por más?

Tuve muchos problemas, pero a mí me salvó mi cabeza, mi voluntad, y ahí está la clave. Hay gente que no sueña, que va al trabajo porque hay que ir, que va a su casa porque es su casa, ¡pero no sueñan! Siendo adolescente tuve que tomar las riendas de mi familia en un momento complejo y ahí pensé, o me hago cargo o termino como un grupo de amigas que se drogaban en la esquina.

¿De ahí viene esta personalidad tan hiperactiva?

Jamás me ha pasado lo de quedarme en mi casa esperando un llamado, siempre tengo un plan b, y eso es porque soy muy soñadora. El año pasado, el matinal dejó de hacer el espacio para la moda y pusieron fútbol, entonces de un día a otro me vi con las mañanas libres y así nació Viajeros de Moda. Años atrás cuando hubo una crisis en la TV argentina yo me vine a Chile, y tengo ese plus de simplemente creer que las cosas pueden pasar e ir a buscarlas para que pasen más rápido.

¿Qué te falta por cumplir?

Sueño con ser una viejita recibiendo un Oscar, y es que siempre he soñado en grande, así hay que hacerlo.

Por: @ahorapinto

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