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En conexión: La nueva era de Pancha Merino

Por @ahorapinto

febrero 2022

Fue la musa de guionistas, protagonista de una de las teleseries de culto en nuestro país. Fue rostro ancla del apogeo de los programas de farándula, y sigue siendo una de esas celebrities de las que siempre queremos saber más. Hoy, alejada de la TV diaria, Pancha Merino vive una idílica historia de amor que bien parece de guion televisivo. Divide su tiempo entre su familia, su tienda, la meditación, una creciente espiritualidad y su cuenta de Instagram.

María Francisca Merino tenía 14 años y combinaba a la perfección el colegio, las amistades y su familia con una incipiente carrera como modelo de comerciales. “Mi papá era publicista”, recuerda, por lo que las cámaras y los sets de grabación nunca fueron algo desconocido para ella. Pero al mismo tiempo, y en una faceta muy desconocida para el público, la joven actriz cultivaba sus primeros acercamientos con el budismo, la espiritualidad y verticalidad. Un viaje a la India siendo aún muy joven reafirmó esta mirada del mundo, lo que hoy agradece, pues nunca “enloqueció” con la fama y la TV.

Y precisamente “esa” Pancha, la conectada, la consciente, la cauta, es la persona que hoy vemos en su Instagram. Muy lejana de la otrora “opinóloga” de SQP o la protagonista de las teleseries de moda en la época de oro de las vespertinas. “¿Una sesión de fotos en el Valle de Elqui?”, le preguntamos; “¡Por favor! Amo el valle”, nos respondió.

TODO PARTE CON CATHY WINTER

Sí, es verdad, han pasado 26 años desde “Adrenalina”, pero aún cantamos a todo pulmón el eufórico coro: “Baila, baila sin pensar, baila, baila sin parar, baila y no pienses nada más…”. Y es que esta teleserie de 1996 marcó a una generación, que un cuarto de siglo después sigue sintiéndose “reina de la noche”, tal como la mítica Cathy Winter y sus amigas.

“Imagino que te han preguntado mil veces…” comienzo a decirle. “¡Adrenalina!” Pancha me interrumpe con una expresión de risa y un dejo “ahí viene de nuevo”, y tras ver mi rostro de “oops”, suelta una carcajada y me dice: “Tranquilo, estoy acostumbrada a hablar de ‘Adrenalina’”. Pasó la mini tensión, y vamos con la primera, y quizás obvia, pregunta. 

¿Cuánto de Cathy Winter hay en ti? 

Hoy día poco, pero era mi gran esencia. Es algo importante en mí la Cathy Winter.

¿Por qué ya no? 

Porque ya estoy más madura, veo la vida de otra manera. Ya no puedo pensar con la mentalidad que tenía a los 18 años. Ya no importan las fiestas. Soy una mina más tranquila, tengo un recorrido y experiencias vividas; tengo un nivel de compasión más importante y me importan otras cosas. 

¿Cuánto le debes tú a Cathy Winter como personaje? 

Pucha, a Cathy Winter no le debo mucho, al que le debo es a Ricardo Vicuña que me eligió para hacer el personaje. Y al mismo tiempo la Cathy Winter hubiese sido otra si la hubiese hecho otra persona, porque yo la transformé completamente. Era otro personaje y yo lo quise cambiar. Aparte que mi ícono en las teleseries era la Carola Arregui en “Ángel Malo” y pucha, yo encontraba que la protagonista tenía que tener su parte de sombra, ¿cachai?


El personaje era como bien polémico y cuestionable en su momento, pero a pesar de eso logró generar mucho amor en la gente. ¿Sientes eso todavía? 

Bueno, yo amo ese personaje con toda la vida y creo que en el fondo eso se transmitió. Cuando tú sientes tanto amor por algo y estás tan segura en lo que estás haciendo y lo que estás transmitiendo, eso llega mucho a la gente. Además, en la época de “Adrenalina” no había internet, no había YouTube, no había nada, había solamente televisión, no había ni TV por cable, entonces era un medio muy importante y llegaba a una masa importante de personas. 

A propósito de lo mismo… en ese tiempo no había redes sociales, y por tanto no existía el acoso en tiempo real que hoy tienen las celebrities, pero tú viviste ambos momentos, con y sin redes, con autógrafos y con selfies…

Bueno, en el tiempo en que solo estaba la TV, aunque tú no lo creas, había mucha invasión y como había mucho interés se generaban situaciones muy invasivas. Por ejemplo, ibas a un restaurante y llegaba todo el mundo, entonces claro, era bien cansador, sobre todo para una pendeja de 20 años. Las redes sociales, en cambio, me encantan. Tengo mi canal propio con el contenido que yo quiero, hago lo que quiero, gano lo que quiero, y los auspicios me llegan a mí. No necesito de ningún Canal 13, ni TVN, ni un productor, ningún director; no necesito a nadie. Mi contenido lo hago yo, soy libre y depende de mí hacerlo bien o hacerlo mal. Depende de mí las cuentas que me llegan, y la verdad ha sido una libertad enorme.

“(En televisión) tuve tantas discusiones que no sé, mi alma no estaba tranquila en esa época. Estaba muy en baja frecuencia, muy asustada y vivía muy angustiada”.


¿Volverías a hacer teleseries?

No, ya es una etapa pasada. Si bien me encanta, haría series para Amazon, Netflix o algo así, pero una teleserie para la TV no, siento que es poco lo que se ve la televisión hoy en día. He tratado de ver “Adrenalina” con mi hija chica y no hemos podido porque dan tanto comercial que ya no tenemos la costumbre, y en el fondo creo que por eso también no me genera tanta felicidad, tanto entusiasmo, porque siento que es como estar haciendo radio cuando se vive el boom de la televisión, como ese fenómeno histórico.

PANCHA LA OPINÓLOGA  

Desde sus orígenes en TV, la personalidad de Pancha Merino era muy atractiva. Tenía una suerte de vaivén entre una displicencia simpática y una joven ingenuidad. Quizás por lo mismo es que fue reclutada el 2008 como panelista de SQP, el más célebre programa de farándula de la época.

Cuando empezaste a ser panelista de farándula, con este personaje súper criticón, peleadora, ¿sentiste que podía ponerse en jaque un poco el cariño que la gente te tenía por tus personajes, o lo vieron como un personaje más?

También era parte de mí. O sea, yo creo que uno tiene varios personajes en la vida, pero igual era la televisión de esa época. Mucho era en tono de humor. Lo que pasa es que hacer humor es muy difícil, o quedas de tonto o de insoportable o te ríes; o caes muy mal o puedes caer muy bien. Mira, al Felipe Avello ahora lo adoran, pero había una época en la que lo odiaban, lo encontraban un imbécil y ahora lo aman. Entonces el humor en la televisión es bien difícil de hacer. Hay que tener una inteligencia bien importante como la que tiene Felipe, por ejemplo. 

Fuiste una de las fundadoras de la farándula, ¿lo sientes así? 

No, a mí me costó harto meterme y me llamaron por muchos años, aunque no lo creas. Yo igual quería hacer como un misceláneo y tenía muchas ganas de trabajar en vivo en la televisión, a pesar de que los actores estamos poco acostumbrados a comunicar a partir de uno, sin un libreto. A mí me costaba mucho estar en televisión sin un libreto, sin una idea previa, entonces como que tenía ganas de ser dúctil en eso. Además que encontraba que la vida de los animadores era la raja porque iban súper poco, no tenían que estudiar tanto y ganaban un montón. Era otra vida (ríe).

¿Pasaste muy malos ratos en la época farandulera? 

Mira, no menos malos ratos de los que pasé como actriz.

¿Cuál es tu discusión más recordada en esa época?

Tuve tantas discusiones que no sé, mi alma no estaba tranquila en esa época. Estaba muy en baja frecuencia, muy asustada y vivía muy angustiada.

¿Sentiste miedo en algún momento? 

Miedo de la vida, como que no andaba tranquila en esa época. 


¿Qué te falta hacer en televisión o qué te gustaría hacer en el futuro?

Me gustaría ser animadora de un programa que toque contenidos de crecimiento espiritual y personal. Ponte tú, ahora estoy fanática de este escritor español Laín García Calvo, autor de la serie de libros de motivación personal “La voz de tu alma”. Hay varios tipos de inteligencia; por ejemplo, si unes la inteligencia del cerebro con la del espíritu puede ser mucho más potente y al final cualquiera puede salir adelante.

Pancha, te noto muy espiritual en el último tiempo, expresándolo mucho, entregando muchos mensajes positivos. ¿Hay un quiebre en tu vida que te hace girar a esa parte un poco más holística?

Yo siempre he estado en esa. De hecho, mi primer viaje, antes de “Adrenalina”, fue a India. Ahora con las redes sociales tengo la oportunidad de demostrar quién soy realmente, de buscar los contenidos y hacer lo que yo quiero, porque ahora tengo la libertad. Antes hubiese ido donde un director de un programa para decirle: “Quiero hacer esto”, y me hubiese dicho “Estai loca, esta hueá es una fomedad”, ¿me entendí? 

Hoy día somos más respetuosos de todo probablemente, pero hace 25 años, con solo hablar de estos temas te podrían haber tildado de hippie o loca; ¿te pasó en algún momento?

No, es que yo nunca metí mucho los temas espirituales en mis entrevistas. A la Ale Herrera le pasaba, hablaba del cristianismo y se burlaban de ella, yo no metía estos temas. 

A propósito de Alejandra Herrera, hay una especie de mito urbano que dice que las cuatro “Reinas de la noche” no se caen muy bien, ¿mito o verdad?

No, tenemos súper buena onda, desde siempre. Yo me llevo muy bien con la Berta y la Ale, la Aranza igual, pero con la Ale tenemos como esa misma onda holística, y la Berta es súper amiga mía. 

Cada vez que vuelven a dar “Adrenalina” en televisión hay como un rebrote con el tema de la memoria contigo, ¿lo ves así?

Ahora que la están dando en TV abierta yo diría que sí. La teleserie marcó mucho porque era la primera teleserie juvenil que se hacía. 

PANCHA EN VIVO Y EN DIRECTO 

“Soy súper trabajólica”, nos comenta Pancha cuando inicia su segunda copa de pisco sour. Estamos sentados en Circus, el bar veraniego de moda en La Serena, y se le ve completamente relajada, tranquila y plena, con un tono de bronceado muy natural, acompañada de su novio Andrea.

Te veo y te noto súper coherente con lo que muestras en tu Instagram, súper calmada. ¿Ves las redes sociales como un trabajo?

Sí, es que yo soy súper trabajólica, necesito tener actividades diarias. Cuando me quedaba sin trabajo no me podía quedar mirando el techo, me moría, pero al final te reinventas, porque tienes la capacidad de hacerlo. 

¿Cuántos años tenías con tu primer contrato televisivo? ¿Te volviste loca? 

Tenía 23 años, pero empecé a hacer comerciales a los 15, así es que siempre tuve lucas mías y estuve frente a las cámaras también. Como mi papá era publicista, mi panorama de chica era acompañarlo el sábado y domingo a ver cómo grababan los comerciales. También él hacía muchos comerciales con actores, entonces como que vivía en ese mundo. 

“Las redes sociales me encantan, tengo mi canal propio con el contenido que yo quiero, hago lo que quiero, gano lo que quiero y los auspicios me llegan a mí. No necesito de ningún Canal 13, ni TVN, ni un productor, ningún director; no necesito a nadie. Mi contenido lo hago yo, o sea, soy libre”.

Háblame de “Majas”. Tu tienda también tiene que ver con esta reinvención…

Sí, la tengo con una socia hace ya seis meses y ahora estamos por lanzar el e-commerce. La tienda es un concepto de vida, de moda, de meditación, decoración; de todo. Yo abrí la tienda Majas de zapatos cuando traje Steve Madden a Chile, y ahí fue bien heavy, porque era un mega negocio para dos pendejas. Con mi socia no entendíamos mucho. Ahora la tienda es online y no tienes que tener necesariamente una tienda física; la vida ahora se ha simplificado un montón. 

¿La administras tú misma?

No, nos dividimos el trabajo con mi socia. Yo veo las redes sociales y los diseños. Todos los diseños son míos.

Te vimos hace poco en “El discípulo del chef”; ese tipo de invitaciones, ¿son oportunidades de negocio, de ganar lucas en poco tiempo?, ¿cómo lo ves?

De reencontrarme con gente, pucha, con gente que adoro. Llevo tanto tiempo en canales que me encuentro con la maquilladora amiga, con productores que conozco de cuando no eran nadie y ahora son productores ejecutivos. La vida va cambiando, entonces es rico. Pero no me veo yendo todos los días a la tele.

“Después que inició la pandemia me puse full meditación, porque había tanto terror y miedo de todo lo que estaba pasando, que me puse vertical, tirando todo para arriba”.

¡Estás súper guapa!, ¿eres fanática de las rutinas?

Sí, hago harto deporte, tengo una necesidad de hacerlo, la misma necesidad que tengo de levantarme, hacer cosas. Además que, en el fondo, después que inició la pandemia me puse full meditación porque había tanto terror y miedo de todo lo que estaba pasando, que me puse vertical, tirando todo para arriba. Más allá de todo lo que te puedes cuidar, la energía de adentro es lo que te genera un rostro bonito. El estrés, las rabias, toda la baja frecuencia lleva a que tu cuerpo se marchite, no solo la piel, sino los órganos. Creo que todo es la alimentación.

¿Hay alguna cuenta de Instagram, alguna influencer que sigas y que te guste?

Bueno, la Euge Lemos me encanta, encuentro que es una “weona” positiva, talentosa… La Kel Calderón también lo hace bien. 

Tú viviste ese proceso de conversión a Instagram, ¿no? ¿Alguien te dijo, “Mira Pancha…”?

Si, la Kika Silva, ella me dijo: “Pancha, trabaja tu Instagram”. Después de eso hice un curso de marketing digital, y trabajo con gente que trabajaba conmigo en el matinal, pero se me abrió un mundo. Obviamente me he ido perfeccionando, tengo un equipo que me ayuda, personas que son mucho más chicas que yo y gracias a ellos me he ido perfeccionando. Creo que en la vida en general nadie triunfa solo, siempre hay que tener equipo.

IL DOLCE AMORE 

Cómplices, amigos, partners. Así vemos a Pancha y Andrea Marroquino (hijo de Luciano Marroquino), su actual novio, con quien lleva tres años de “dolce amore”. 

Háblame de Andrea…

Estamos juntos hace tres años, los que han sido con todo, con pandemia y estallido social. Andrea es bien positivo, me tira harto para arriba, hubo una sinergia súper buena. Al final, uno se mimetiza con quien esté. 

Y por ser de nacionalidades diferentes, ¿han tenido algún choque cultural?

Sí, pero cosas muy simples. A él le gusta desayunar fuera, le gusta su capuccino; a mí me gusta la marraqueta en la casa. Al principio llegaba a mi casa y veía toda la cocina cochina y me decía: “Limpia la cocina, mi nona para la pascua hacía ñoquis y después lavaba la loza con sus brillantes y dejaba la cocina impecable” (ríe).

¿Y hoy tú eres más italiana o él es más chileno? 

Ambos… ¡yo vivo en Chile! (señala Andrea con un tono de graciosa interrupción).

¿Cómo se lleva Andrea con tus hijos?

El descueve, sobre todo con Dominic, con el mayor se lleva increíble.

Dominic acaba de salir de cuarto medio y al parecer no le gusta la tele, ¿no?

No, para nada. A él le gusta la ingeniería comercial, entró a la Universidad Adolfo Ibáñez. A la Amandita yo creo que le gusta la TV, pero bien no sabe, tiene que encontrar un nicho. 

¿Los muestras en redes sociales? 

Los muestro, pero ya están grandes y no me aguantan para nada que los muestre. A la única que muestro un poco es la chica, pero a los otros dos no, como que les da vergüenza que los amigos lo vean. 

¿Eres mamá amiga o mamá de reglas?

Yo soy mamá amiga con todo el mundo y eso me pasa la cuenta. Como que no me respetan tanto, ni el perro me respeta. No soy mucho de imponer, me cuesta imponerme, como soy tan libre dejo que la gente lo sea. Pero sí soy de hablar harto con ellos, sobre todo cuando están en crisis. 

¿Estás preparada para enfrentar conversaciones de sexo o adicciones con tus hijos? 

Sí, totalmente, y siento que ellos tienen toda la confianza. El mayor pa’ ná, es súper mateo, no toma nada. 

Oye, pero el mundo de la tele, se dice que está muy abierto a este tipo de cosas, ¿viste muchas drogas? 

En la playa sí, pero no en un estudio. Es imposible estar grabando todo el día y fumando marihuana. De repente podremos fumar después de grabar, pero no todo el día.

¿Tú fumas? 

Obvio, no es constante, pero me encanta ver una puesta de sol y fumarme un pito. 

¿Estás a favor de la legalización?

Por una parte, sí, pero por otra, no. Siento que si se legaliza otras drogas más fuertes podrían tomar protagonismo. 

“Me gustaría ser animadora de un programa que toque contenidos de crecimiento espiritual y personal”.

Hablando de esta reinvención de los actores, Antonella Ríos abrió un Onlyfans, ¿qué te parece eso? 

Si a ella le gusta y es feliz, le va bien, bien por ella, pero yo no lo haría. Yo la adoro, la quiero muchísimo y si ella es feliz y se siente contenta está muy bien. Hay un espacio y está bien que lo ocupe. 

¿Tienes algún enemigo televisivo?

No, en la tele no. Después de lo que pasé con mi separación, los enemigos quedan en otros parámetros y, aun así, prefiero perdonar y vivir feliz. La vida da segundas oportunidades y como dijo Felipe Camiroaga: “Es una decisión ser feliz”, entonces cuando decides ser feliz buscas todo para serlo. Si tienes que perdonar a tu peor enemigo para ser feliz, lo vas a hacer. 

¿Te costó sanarte de esa separación?

Sí, pero ya no duele, he ido trabajando en esa melancolía del sufrimiento, porque cuando uno la ha pasado tan mal, ese sufrimiento siempre viene al presente. 

INMERSA EN EL CLAN MAROCCHINO 

Andrea, novio de Pancha, es hijo del empresario italiano Luciano Marocchino, famoso en Chile por ser esposo de Marlen Olivari, y por ser una especie de “patriarca” farandulero que en poco tiempo acaparó portadas de diarios y portales nacionales con su vida y amores. Pero Andrea, según comenta Merino, “es cero farandulero”, contrario a lo que podría pensarse solo por llevar su apellido. 

Y un día amaneciste siendo parte de una familia súper farándula nacional…

Sí, pero él es súper diferente. Andrea emocionalmente se parece a su madre, y eso a mí me relajó un poco. Porque si bien yo trabajo en farándula, mi vida íntima nunca ha sido parte de la farándula. Al final yo me enamoro de las personas más allá de lo que sean o tengan.

¿Amor a primera vista o se conquistaron mutuamente?

Pancha: Nos conquistamos…

Andrea: Fue una cosa que simplemente tenía que ir para allá. No fue algo como de conocerse y tener sexo en la primera noche y eso…

¡Oye, qué entretenido esto! Tengo un 2×1; la entrevisto a ella y me responde él…

Andrea: (ríe) A veces pasa que conoces a una persona en la vida y no sabes cómo te va a ir. Si va a ser una cena, un almuerzo, una noche… Y con ella nos conocimos y fue “step by step”. Nos enamoramos, nos complementamos, ambos tenemos carácter, nos soportamos mutuamente. Ella —como se dice acá en Chile— no webea, yo no webeo tampoco, somos dos personas bastante similares y eso nos permite estar bien. Nosotros somos muy partners, somos enamorados que nos adoramos, pero al mismo tiempo somos amigos. Yo soy su amigo, su partner, pero además la quiero; somos muy cómplices.

Andrea, Pancha me contaba que te llevas muy bien con su hijo…

Sí, es una cosa muy linda que nos pasó. Y no fue como “Ya, es hijo de la Pancha y me tengo que llevar bien…”, fue porque de verdad nos queremos. Yo a su hijo lo adoro, es como un hermanito chico…

“Estamos juntos hace tres años, los que han sido con todo, con pandemia y estallido social. Andrea es bien positivo, me tira harto para arriba, hubo una sinergia súper buena”.

Te hago la misma pregunta que le hice a Pancha: con sus hijos ¿tú eres como el amigo buena onda, o asumes una actitud más paternalista?

Mi estrategia fue desde el principio respetar al papá, porque el papá es el papá, y él los adora y viceversa. Yo soy una persona que quiere a su mamá, ellos saben que la quiero y que los quiero también a ellos, y si puedo los ayudo, ya sea hablando, contándoles mi experiencia, porque los quiero y quiero que ellos y su mamá estén muy bien. 

¿Tú no tuviste hijos antes?

No, yo nunca quise tener hijos.

¡Y de repente tuviste tres!

Indirectamente, quizás… Pero, mira, por ejemplo, Dominique es un chico súper dulce, súper sensible. Una persona con un interior muy lindo, un chico muy sano, y me gusta hablar con él. Cuando le hablo me toma mucha consideración, eso se siente muy bien. 

¿Los acosó mucho la prensa cuando empezó la relación?

Pancha: No, todo se dio súper normal…

Andrea: Es que somos una pareja muy normal, lo que importan son los hechos y el hecho es que estamos juntos, que estamos bien hace tres años, con nuestros altos y bajos, pero construimos una normalidad, y la normalidad es algo maravilloso, pero difícil de encontrar.

¿Cómo va a ser la Pancha Merino de 70 años?

Uf, no sé, yo creo que viviendo en un lugar con mucha naturaleza, media hippie, pero haciendo siempre cosas, como pintando, comunicando, trabajando.

¿Se casan este año?

Pancha: Sí, dentro de este año en Italia. 

Andrea: El tema no es si hay o no hay matrimonio, el tema es que no sabes si en una semana más te mandan a Fase 2 (del Plan Paso a Paso). Imagínate que en Italia ya hay como 200 mil contagios diarios, entonces no sabemos. Pero sí, nos casamos. #SARAH

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