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Pamela Leiva: La nueva Queen del humor chileno

Por @ahorapinto @palirosada

mayo 2023

Es comprensible que por estos días la humorista tenga la sonrisa más grande y carismática del espectáculo nacional. Aún saborea la victoria que significó su impecable presentación en el Festival de Viña del Mar, que llegó diez años después de comenzar una larga y turbulenta travesía en el stand up comedy. Hoy, instalada en el mejor momento de su carrera, pretende seguir conquistando e inspirando a su público femenino, escribir un libro sobre su experiencia con la cirugía bariátrica y, por qué no, continuar decretando sus sueños, la “llave secreta” que la llevó a tocar el cielo.

Pamela Angeline Leiva pegó en diferentes partes de su pieza varias copias de la misma foto: una donde está posando con una gaviota de plata en una mano y una de oro en la otra. No eran sus galardones, pero sabía que algún día tendría las propias. Cinco años después, recibe el llamado del Festival de Viña del Mar, el más importante de Chile y Latinoamérica, y el escenario donde los humoristas se juegan parte importante de su carrera cual coliseo romano. Y como si ella misma hubiera escrito su destino, conquistó su sueño.

¿Con qué va a empapelar su pieza ahora?, le preguntamos, y Pamela reconoce que no ha tenido mucho tiempo para pensar en proyectos a mediano plazo, pero hay uno por el que está apostando todo: “Un libro que hable de procesos bariátricos como el mío, porque muchas chicas llegaban a mí por eso”, confesó.

EN LA CIMA

Hace una década, la pícara y guapa artista era una “standupera” que probaba suerte en bares mientras trabajaba como garzona. Sin embargo, hoy está en la cima. Y aunque es una de las mejor evaluadas entre los comediantes del certamen viñamarino —convirtiéndose en una suerte de ícono del recambio en el humor chileno— nunca ha olvidado su natal Puente Alto, ni lo que vivió para saborear las mieles del éxito.

“Ha sido intenso, he tenido poco tiempo para estar solita, algo que para mí es bien necesario”, cuenta Pamela a días de partir a Brasil de vacaciones con su familia. Aún está abrumada por el revuelo que provocó su presentación. “Apareció mucha gente, todavía tengo mensajes en WhatsApp que no he leído. Ha sido cuático darme cuenta de que cualquier cosa que yo haga va a ser noticia hoy día”, reconoce.

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¡Esos son los costos de arrasar!

Sí, y la verdad es que lo agradezco mucho. Me quedo con las cosas bonitas, el reconocimiento de la gente, la abundancia de trabajo. Estoy disfrutando todo este revuelo post-Viña.

Pame, ¿cuánto de chiste y cuánto de realidad hubo en tu rutina?

Todo tiene una base de verdad, lo que pasa que uno exagera en pro del chiste. Pero todo es verdad. La parte de que trabajé de nana, el Jimmy, el tener que escoger entre hacer el casting y la PSU, el que haya fumado marihuana antes de hacerme los exámenes médicos, el que me fui de vacaciones, la familia curso con distintos apellidos; hay detalles que cambié, pero la base es verdad, y eso es lo que a la gente le gusta.

En redes se habló que en tu rutina faltó una mención a Angélica Sepúlveda.

¡¿Por qué?!

“No tengo ningún tema con la Angélica (Sepúlveda), pasaron tantos años. Ni ella ni yo somos las mismas personas”.

Muchas personas lo estaban esperando, ¿estuvo sobre tu mesa?

No, eso quedó atrás hace mucho, no tengo nada en contra de Angélica. El guiño para referirme a eso fue decir que era un sticker, ¡porque soy un sticker! (ríe). Pero nunca se me pasó por la cabeza hacer una mención a la Angélica. Creo que la gente hizo lo que le nació y salieron muchos memes, me he reído con eso. Pero ha pasado mucha agua bajo el puente.

¿Tuvieron alguna conversación fuera de pantalla después de ese polémico capítulo que te transformó en sticker?

Los caminos se alejaron, nunca más la vi. Las cosas que me he enterado son por la prensa. Pero la verdad es que no tengo ningún tema con la Angélica, pasaron tantos años, ni ella ni yo somos las mismas personas.

EL SENTIDO DEL HUMOR

Fue la modelo Andrea Dellacasa quien le dijo a Pamela en un momento crítico de su vida: “Boluda, haz stand up”. Entre presentación y presentación en pequeños locales, conoció a varios comediantes, uno de ellos, Felipe Avello. “Él me ayudó mucho, le producía shows, eso me permitió hacerme conocida dentro del ambiente, y poco a poco me empezaron a llamar a mí solita. Fue un trabajo bien paulatino, de golpear puertas y hacerlas todas”, revela.

¿Cómo se siente estar parada donde estás y mirar hacia atrás?

Orgullo de mí misma y feliz de no haberme abandonado. Aprendí a vivir con la frustración. Hubo veces en que llegaba hacer shows y no había nadie, entonces orgullosa de haber sido tan constante. Sabía que el día que fuera a Viña sería para ir a triunfar y trabajé para eso, por eso me sentía confiada.

Dijiste que lo habías decretado…

Es que el Jimmy me entregó su llave mágica de la vida y cuando tuve un quiebre bien importante, empecé a hacer todas las cosas que me hacían bien, como ir al psiquiatra y al psicólogo. Cuando estaba en el escenario no podía creer que estaba viviendo mi sueño, y eso fue mágico.

Imagino que después de Viña tienes muchos shows agendados.

¡Muchos! Por fin está pasando lo que siempre quise que pasara: que me llamen de todas partes para actuar. Porque también pasa que a veces no te pescan mucho si no has pasado por un festival masivo, entonces me abrió muchas puertas que me tienen feliz y agradecida.

La gente también se siente muy genuinamente feliz por ti.

Sí, lo que más me dice la gente es que lloraron y rieron. Se emocionaron conmigo, como que estuvieron todos conmigo en el escenario. Cuando estaba actuando y en medio de la rutina, la gente espontáneamente empezó a pedir la gaviota. Fue un sentimiento de mucha plenitud…

Hubo muchos momentos emocionantes, como cuando salieron los chicos del axé, ¿tuviste esa conversación con ellos de que quizás no podrían salir por la respuesta del público?

El show lo iba a sacar sí o sí. Porque en el peor de los casos, y que me hubiera estado yendo mal, saco a los brasucas, cualquier cosa sacaba a los chiquillos altiro a bailar (ríe). Me puse en el caso, pero obviamente lo evitaba, pero la comedia es así.

¿Cuál era el plan?

Si pasaba, le pedí a la producción que no me dejaran tanto rato en el escenario, y mi equipo sabe que cuando empiezo a cambiar las frases, tengo que sacar a la Pauli (Muñoz). No quiero que suene pretencioso, pero tengo harto escenario, noches buenas, noches más o menos y noches muy malas. Entonces sé cómo salir del paso, y si el público no estaba reaccionando como yo quería, sacamos a la Pauli y a los axé porque la gente siempre prende con música, nos vamos pa’ la casa, y ya está.

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LA NUEVA ERA DE LA COMEDIA CHILENA

No es un misterio para nadie que el humor cambió. Tanto así, que pequeños actos que antes eran aceptados, hoy son repudiados y con justa razón, pues simplemente no dan risa, sino todo lo contrario. Un ejemplo de ello fue el incómodo momento que vivió Pamela, cuando Arturo “Kiwi” Walden, en su labor como notero del “Buenos días a todos”, le dio descaradamente un beso a modo de “broma” mientras la entrevistaba. “Los besos no se roban”, lo increpó Pamela al instante, manifestando su descontento. Al día siguiente, el animador fue desvinculado del canal.

¿Sientes que era necesario el bullicio que se dio a raíz del “episodio Kiwi”?

Primero, no me puedo hacer cargo de las decisiones personales ni laborales de nadie, la decisión que tomó TVN fue bajo las razones y motivos que ellos consideraron. El Kiwi también tomó su decisión y en su momento hablé con él, le manifesté mi molestia y no me arrepiento porque fue súper desde la guata. Fui honesta y estoy muy tranquila con mi conciencia. Fue en un horario de protección al menor, y los adolescentes y niños vieron que una mujer que recibió un beso no consentido tuvo la valentía de manifestar que no le pareció. Yo no tengo nada personal contra el Kiwi, pero a través de nuestras acciones educamos.

“Los adolescentes y niños vieron que una mujer que recibió un beso no consentido tuvo la valentía de manifestar que no le pareció. Yo no tengo nada personal contra el Kiwi”.

Pero hubo gente que te criticó.

Mucha, me sorprendió, decían: “¡Claro!, hubiera sido Gonzalo Valenzuela…” La gente no entiende que el consentimiento no tiene que ver con la apariencia física, es si quiero o no quiero que alguien me dé un beso. Entonces que la gente diga que yo actué mal y me juzgue cuando yo fui la víctima, me sorprende, pero tampoco me puedo hacer cargo de esa gente.

Esto también tiene relación con que están saliendo los viejos estandartes del humor y están entrando personas como tú o Diego Urrutia, ¿lo ves así?

¡Ay! El humor va cambiando, como va cambiando la sociedad. Yo siento que más que lapidar a los colegas que vienen de años atrás, tenemos que reeducar e incorporar. Creo que la invitación de las nuevas generaciones es que juntos vayamos construyendo esta sociedad con este nuevo humor. Y a uno también le toca adaptarse, yo también he hecho chistes de los cuales digo “uy, pasé la línea”. Pero eso ha sido porque he ido evolucionando con la sociedad, y porque he dejado de normalizar cosas que no están bien.

¿De qué te ríes como público?

Me río conmigo, me encuentro chistosa (ríe). No sé si a todos los comediantes les pasará lo mismo. Cuando chica veía el “Chavo del ocho”, los Atletas de la risa, hoy me río con cosas simples. Me encanta el trabajo de Pedro (Ruminot), (Sergio) Freire, (Felipe) Avello, la Chiqui (Aguayo), la Alison (Mandel). Alguien con quien gozo de su comedia es la Mali Jorquera, la amo.

Hablando de colegas, ¿qué crees que le pasó a Belenaza que no logró conquistar al público de Viña?

¡Uy! Es complejo, porque el humor es tan kamikaze, es distinto a cualquier otra rama del arte. La Belén es una tremenda comediante, y a veces tenemos buenos y malos shows, por eso es tan esperado el humor, porque es un riesgo. Lo que le pasó no tiene nada que ver con su calidad de artista. Ella lleva años, es una profesional del humor, y simplemente no tuvo un show bueno. No tengo ninguna duda de que va a volver en algún momento a la Quinta Vergara a revertir parte del resultado, porque igual le fue bien.

Muchos dijeron que el chiste final se extendió demasiado.

Es que son decisiones tan personales a la hora de actuar en un escenario. A veces yo tomo decisiones sobre la marcha, sé cómo trabajo, pero no sé la Belén, quizás ella confió en ese chiste y quiso seguir hasta el final… Para mí es difícil opinar al respecto.

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Y ¿cómo viste el show de Laila Roth?

Yo creo que la Laila no sabía a lo que venía. El fenómeno festivales y cómo lo vivimos los comediantes solo pasa aquí. Eso de que entre medio de Karol G y Paloma Mami salga un número de humor, los colegas extranjeros dicen: “Ustedes están enfermos”. Creo, humildemente, que Laila no dimensionó a lo que venía, hizo un trabajo bonito, impecable y en Viña no siempre están las condiciones. Creo que fue una tremenda experiencia para ella y ha seguido recorriendo Chile haciendo shows.

¿Le faltó a Belenaza la humildad de Laila como dijeron en redes sociales?

(Piensa). ¡Uy! No, tiene que ver con el tipo de personalidad. Laila es piolita, y la Belén es una mujer alta, power, con pachorra, llega y habla; son distintas, pero no sabría decir si fue falta de humildad. Yo creo que no va por ahí.

“Creo que los periodistas no piensan en la familia que hay detrás de los comediantes. A mi mamá le subía la presión cada vez que hablaban de las pifiaderas, o el monstruo”.

También sucede que el público en Viña es súper morboso. ¿Lo ves así?

Yo creo que en general. Por ejemplo, la prensa conmigo se portó súper bien, no tengo nada que decir, pero la que la pasó como el hoyo fue mi mamá. Creo que los periodistas no piensan en la familia que hay detrás de los comediantes. A mi mamá le subía la presión cada vez que hablaban de las pifiaderas, o el monstruo. Yo estaba tranquila porque evito ver las cosas que no me aportan. Se produce todo un morbo respecto al comediante y creo que deberíamos erradicar la pifia, lo encuentro violento.

¿Crees que hay cierto machismo al respecto, que a las mujeres se les critica más?

No, pienso que tiene que ver con situaciones, trabajos personales, con público, pero no creo que tenga que con que seamos mujeres.

PUERTAS ADENTRO

Quiero llevarte al tiempo en que trabajaste como nana, se dice que hay situaciones complejas al respecto, ¿cuáles podrías mencionar?

Creo que el trabajo de asesora del hogar es bien demandante, agotador, física y emocionalmente. Es inevitable involucrarse en la vida de sus patrones. A veces uno cacha todo, y también son personas que no siempre lo pasan bien, uno dice “tienen muchas cosas económicas, sin embargo, no son felices”.

¿Te pasó con esta familia?

No es el caso de esta familia, pero a lo que voy es que uno se involucra mucho en la vida de ellos, compartes 24/7. Es una profesión donde existen muchos abusos, no hay tanto conocimiento respecto a los derechos laborales de las asesoras del hogar. Es sacrificado, desgastante, y también depende mucho en el lugar donde uno esté, con la familia que uno se involucre. Si tus patrones son gente consciente y empática, entenderán que uno viene a hacer un aporte a la casa más que solo a limpiar.

¿Tu relación con Jimmy aparece ahora a propósito de Viña o se ha mantenido en el tiempo?

Con el Jimmy somos amigos, lo quiero mucho, él me entregó la llave para cambiar mi vida. Me mostró cómo podía ser dueña de mis pensamientos para poder diseñar el futuro que quería vivir. Eso es algo que siempre le voy a agradecer. Hablamos continuamente, y le dije que iba a estar en Viña, que iba a hablar de él. No le conté en detalle, pero él estaba en conocimiento que lo iba a nombrar (ríe).

¿Cómo lleva la exposición? Porque se transformó en toda una estrella.

¡Amo! Él está muy feliz, me dijo “me pusiste un cohete en la espalda que me pegó un disparo gigante”. Para mí es retribuirle con mucho amor lo que me dio, siento que el amor con amor se paga. La vida ha hecho que esa energía y luz que fue él en mi vida hoy se la pueda retribuir. Me siento muy feliz de ser parte de eso, ¡y él está en llamas!

CUESTIÓN DE PESO

La indiscutible seguridad de Pamela es uno de sus rasgos más sexis, pero también guarda una historia que en parte conocimos como televidentes en el reality 1810, emitido en 2009 por Canal 13, donde tuvo que aprender a ver su belleza, entender cuáles eran sus prioridades y cómo el amor propio la llevaría a la cúspide profesional y personal. “Dentro de este proceso de obesidad tuve momentos maravillosos y momentos tristes. Mi vida postcirugía bariátrica ha mejorado mucho, pero también generé falsas expectativas, porque ser flaca o socialmente aceptada no quiere decir que serás feliz. Pasé por momentos muy difíciles”, confiesa.

En el inicio de tu rutina hablas de este pasado siendo gorda, pero despejemos un mito: ¿existe el gordito feliz?

Yo siempre puedo hablar desde mi experiencia, son procesos personales, pero lo que sí puedo decir es que la obesidad es una enfermedad, es una pandemia. Lo que pasa es que no se habla tanto sobre ello. Poco a poco hemos cambiado nuestro pensamiento, porque ser obeso en Chile iba de la mano de la discriminación y los malos tratos, no es tan solo personal sino también social.

¿Cómo fueron tus momentos más críticos?

Me autocastigué, porque me hacían sentir que ser obesa era solo falta de voluntad y poco amor propio, y la verdad es que es mucho más complejo que eso. Y ahora estoy en un nuevo proceso porque después de Viña engordé, no me había visto en una situación así y hoy vuelvo a tomar las riendas de una manera sana, amable conmigo misma, sin el castigo y acompañada también de profesionales.

Tu paso por reality generó mucha sintonía con la gente…

Creo que hizo que la gente pudiera conocer mi camino antes de llegar a Viña. Una cabra que entró a un reality siendo obesa, tuve el episodio con la Angélica, me operé y bajé de peso, desaparecí y volví a la tele, me casé y separé públicamente, perdí todo. Las personas valoran mucho que haya llegado a Viña, entienden el esfuerzo que hay detrás. Empatizan porque soy una mina de origen humilde, de Puente Alto, nunca tuve ningún título, entonces puedo ser cualquier persona que está viendo tele.

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¿Sientes que faltan más referentes diversos en la televisión?

Poco a poco hemos ido cambiando. Hasta hace un tiempo solo veías gente rubia en los comerciales del retail. Pero la publicidad se ha dado cuenta de que tiene que acercarse a la gente porque tiene que ser un reflejo de la sociedad. Poco a poco vamos a empezar a agarrar espacios y creo que la tele sí está en deuda, pero tengo fe en los realities, en que aparezcan nuevos rostros.

¿Hoy estás reconciliada con tu cuerpo?

Sí, pero igual me preocupo y te lo digo comiéndome un pedazo de pan con mantequilla y tomándome un pisco sour (ríe). Obviamente hay cosas que quiero mejorar, pero creo que cada uno conoce sus límites. Hago mis tratamientos para embellecer la piel, pero hay cosas que no volvería a hacer.

¿Cómo qué?

Entrar en un pabellón a hacerme cualquier cosa que tenga que ver con la estética. Sé que en algún momento me tendré que cambiar los implantes mamarios, pero me han ofrecido operarme los brazos, las piernas, y no quiero someter a mi cuerpo al estrés de una cirugía. Amo mi cuerpecito, agradezco todos los días por darme energía, por llevarme, por traerme, por hacer todo lo que logramos hacer. Y sí, estoy bien reconciliada con él.

“Amo mi cuerpecito, agradezco todos los días por darme energía, por llevarme, por traerme, por hacer todo lo que logramos hacer. Y sí, estoy bien reconciliada con él”.

¿Hoy te miras al espejo y te gusta la persona que ves?

Sí, me gusta, incluso en esta época que estoy excedida de peso me sigo viendo bonita, y decidí hacer las fotos de revista Sarah porque me gusta mucho cómo me veo.

En el set de la sesión de fotos tuviste un momento de mucha emoción, ¿por qué pasó eso?

Es que es como jugar. Una está alejada totalmente del mundo del glamour y de repente eres parte de una sesión de fotos donde todo gira en torno a ti, donde te sientes una princesa y te hacen ver que eres linda. Va más allá de hacerse una foto, es todo el equipo, cómo se prepara una sesión de fotos para una revista tan bonita como la que hacen ustedes. Todo me lo vivo a concho y lo agradezco, y por eso también me emociona.

¿Será que la portada es una guinda del pastel que representa tu vida en este momento?

Sí, estas cosas llegan como un premio, además es una experiencia tan bonita verte con los ojos que te ven los chiquillos del equipo.

Y muchos se sorprenden de que tengas 40 años, ¡porque te ves mucho más joven!

Y cachái que el año pasado tuve una crisis porque iba a cumplir 40. Si bien me iba bien, no tenía nada a mi nombre. El matrimonio me dejó muy inestable económicamente, lo perdí todo. Pero creo mucho en las señales y justo me apareció un documental de Christian Dior. Él empezó su carrera a los 42 años y me di cuenta de que estoy en la mejor parte de mi vida. Tengo la madurez que no tenía a los 20, tengo más sueños, y estoy recién empezando. #SARAH

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