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Acusan a Lisandra Silva de promover posible estafa piramidal con cosméticos turcos

Por @bellshodge

junio 2025

Primer Plano destapó un modelo de negocio que promete independencia económica, pero que opera sin autorización sanitaria y con un sistema que recuerda a esquemas piramidales.

Durante la última emisión del programa “Primer Plano”, un reportaje puso en el centro de la polémica a las influencers Lisandra Silva y Nicole Pérez por su participación en la promoción de la marca turca de cosméticos Farmasi, cuyo modelo de negocio ha sido cuestionado por su similitud con una estafa piramidal. 

La investigación reveló que la verdadera fuente de ingresos de quienes participan no está en la venta de productos, sino en el reclutamiento constante de nuevas socias, lo que genera comisiones y acceso a incentivos como viajes y premios.

Uno de los aspectos más graves señalados es que Farmasi no cuenta con certificación del Instituto de Salud Pública (ISP) para operar en Chile. 

De hecho, Aduanas ya incautó más de 12 mil productos ingresados ilegalmente, incluyendo una maleta con 84 kilos de cosméticos provenientes desde Panamá. Además, se denunció que a las vendedoras se les entrega un manual para evadir controles fronterizos, ocultando los productos en maletas sin etiquetas.

Vendedoras relataron que, a pesar de llevar semanas en el negocio, no han probado los productos ni recibido lo prometido. Algunas incluso aseguran haber invertido dinero en kits que nunca llegaron. Una de las principales apuntadas es la influencer Mariuxi Domínguez, acusada de ofrecer falsas expectativas a nuevas reclutas.

Frente a las acusaciones, Lisandra Silva rompió el silencio y defendió el modelo a través de sus redes sociales. En su publicación, lo comparó con plataformas como Uber, asegurando que aunque Farmasi aún no cuenta con certificación en Chile, tiene presencia legal en 49 países y que su objetivo es ofrecer oportunidades económicas reales a mujeres en situación vulnerable. 

“Mi misión va más allá de fronteras”, afirmó, llamando a crear un “Grupo Fundador” para traer oficialmente la marca al país.

Sin embargo, su defensa fue duramente criticada luego que el tiktoker Danilo 21 filtró en su canal de difusión audios en los que descalificaba a una clienta por reclamar su pedido pendiente. En los registros, la influencer la tilda de “ladilla” y la responsabiliza por no entender el funcionamiento del sistema, restando importancia a la demora y mostrando poco interés por solucionar el problema.

La polémica continúa creciendo, y con la intervención del ISP y Aduanas, se abre una discusión más profunda sobre el uso de la imagen pública para promover negocios que aún no cumplen con las regulaciones sanitarias chilenas.

 ¿Oportunidad de emprendimiento o estafa disfrazada de empoderamiento? La respuesta aún está por resolverse. #SARAH