El conflicto judicial entre Blake Lively y Justin Baldoni, director y coprotagonista del filme “Romper el círculo”, ha sumado un nuevo episodio.
Según documentos presentados ante el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York y revelados por el medio People, la actriz ha retirado dos de los cargos incluidos en su demanda: «daño emocional intencionado» y «daño emocional por negligencia». Sin embargo, la decisión no implica una reducción en la gravedad de las acusaciones, ya que Lively mantiene firmes los cargos de acoso sexual y represalias.
UN GIRO EN LA TRAMA JUDICIAL
La defensa de Baldoni reaccionó rápidamente. Su abogado, Kevin Fritz, interpretó esta acción como un intento de evitar entregar los informes médicos y de salud mental que habían solicitado para refutar las alegaciones de daño emocional.
“Lively no puede tenerlo de ambas formas”, indicó Fritz al medio indicado, sugiriendo que la actriz intenta mantener el derecho a reactivar estos cargos en el futuro, sin cumplir con los requerimientos de la defensa.
Por su parte, el equipo legal de Lively, liderado por Esra Hudson y Mike Gottlieb, negó que la decisión respondiera a una estrategia evasiva. “Esto es una parte rutinaria del proceso judicial que se está utilizando como una maniobra de prensa”, explicaron en declaraciones al medio People.
Insistieron en que su clienta no renuncia a las denuncias por acoso sexual y represalias, y que sigue alegando daño emocional como parte de esas acusaciones más amplias.
BATALLA LEGAL ENTRE LIVELY Y BALDONI
Este giro forma parte de una compleja trama legal que comenzó en diciembre de 2024, cuando Lively denunció a Baldoni y a los estudios Wayfarer por un “plan de varios niveles” para dañar su reputación tras exponer supuestos comportamientos inapropiados durante el rodaje de la película basada en la novela de Colleen Hoover. La actriz aseguró que el impacto emocional afectó profundamente no solo a ella, sino también a su esposo, Ryan Reynolds, y a sus hijos.
Baldoni respondió en enero de 2025 con una contrademanda por difamación, extorsión y daños contra Lively, su esposo y su equipo de relaciones públicas, negando todas las acusaciones y acusando a la actriz de iniciar una campaña de desprestigio.
El juicio entre las partes está previsto para marzo de 2026, pero ya se perfila como uno de los más mediáticos de los últimos años en Hollywood. Mientras tanto, ambas partes continúan ajustando sus estrategias, en una contienda legal que expone no solo una batalla personal, sino también un debate más amplio sobre los mecanismos de defensa y represalia dentro de la industria del cine. #SARAH