Florencia Berner está viviendo un momento cinematográfico y mediático que no deja espacio para la pausa. Aterrizó en el Festival de Cannes para presentar “La Ola”, la nueva película de Sebastián Lelio, donde interpreta a una dirigente estudiantil que encarna las tensiones del feminismo contemporáneo.
Todo iba según el plan: una producción aplaudida, un equipo afilado y un vestido diseñado a medida que llevaba en cada costura un statement. Pero el festival impuso, con apenas horas de margen, un nuevo reglamento de vestuario que dejó su look principal fuera del juego.
Con una maleta llena de opciones descartadas y un deadline cinematográfico, Florencia activó su red de contactos desde Madrid, consiguió un plan B relámpago y llegó lista a pisar una de las alfombras más exigentes del mundo. Desde el vértigo de esta carrera de alto impacto, habló con Sarah sobre arte, su carrera, dress codes y cómo se siente cuando le dicen, de pronto, que brillar tiene requisitos.
Florencia, estás a punto de vivir uno de los hitos más importantes para cualquier actor: asistir al Festival de Cannes. ¿Cómo te enteraste de que La Ola sería parte del Festival de Cannes? ¿Cómo viviste ese momento?
Supe que la película iba a postular a Cannes en la fila del almuerzo de otra grabación, por Moira Miller, nuestra coach actoral y nueva amiga. Cuando quedó seleccionada, Instagram explotó de noticias. Fue una felicidad muy grande.
¿Qué significa representar a Chile en un escenario tan importante y simbólico como Cannes?
Estoy muy agradecida de poder compartir este gigante logro con mis compañeros, el equipo y la productora. Significa una responsabilidad enorme y dar lo mejor de mí. Chile tiene mucho talento, hay artistas muy buenos, y es un honor para mí poder representarlos.
Trabajaste en un proyecto que combina cine, música y una temática sensible como la violencia sexual. ¿Cómo fue vivir esa experiencia?
Fue un viaje emocional muy fuerte. La película apela a las distintas posturas frente a un caso de violencia sexual, por lo que hubo que indagar profundamente y encarnar la injusticia que genera el trauma que vive el 30% de las mujeres en el mundo. Me atrajo también el hecho de trabajar con la música y la danza, dos artes que adoro profundamente y que he practicado toda mi vida. Era el musical más grande de Latinoamérica, dirigido por Sebastián Lelio, con un personaje líder, una dirigente estudiantil de la universidad… no era menor.
Tu personaje “Leo”, encarna esa tensión. ¿Qué puedes contarnos de ella?
Leo representa a las estudiantes que buscan un cambio y que dialogan con las autoridades. Tiene un aire de salvadora, con una visión feminista liberal.
Cannes es una vitrina global. ¿Qué esperas experimentar en estos días de festival?
Quiero que mi niña interior salte de alegría, pero que mi exterior pase como si fuera mi quinta vez allí. Me gustaría aprender del cine y la actuación junto a los mejores del mundo.
¿Y hay algún famoso que te emocione particularmente conocer?
Ojalá poder saludar y elogiar a Emma Stone, Scarlett Johansson o Jennifer Lawrence.
Y en medio de todo, un cambio inesperado en el dress code casi te deja sin look. ¿Cómo viviste ese caos?
Ufff, temazo… Me enteré en el taxi desde el aeropuerto de Madrid, dos días antes de viajar a Cannes por una publicación oficial que me envió mi manager, Alfonso Contreras.
EL DRESS CODE QUE TODO LO CAMBIÓ
Habías preparado un vestido a medida. ¿Qué pasó con ese look y cómo lograste resolverlo?
Habíamos diseñado el vestido con Gio&ber desde cero, con influencias flamencas, tela española, color rojo… la idea era ser una gota de sangre. Ya había salido de Chile, así que no podía modificarlo. Ninguna de las otras opciones que traía estaba dentro de los parámetros de una gala. Pensé incluso en intervenir un vestido rojo de Zara para cubrir la transparencia. No sabía qué hacer hasta que mi amiga actriz Constanza Leva me conectó con Edith Chan, una estilista china que vive en Madrid. Ella me adoptó en esta aventura, y en un día conseguimos el vestido ideal. Se súper logró y estoy tremendamente agradecida.
¿Sentiste que fue una medida injusta o simplemente parte del juego de la industria?
Creo que está bien que tengan sus códigos, que requieran más formalidad bajo los parámetros de moda en Francia. Pero podrían compensarlo con un gastroenterólogo y un traumatólogo para el lumbago. Dos días antes, pa’ qué avisan.
Tu carrera está en plena expansión. ¿Cómo llevas este ritmo de exposición y crecimiento?
Mi carrera partió el 2018 con mi primera película, así que igual llevo un ratito. Me encanta descubrir lo que entrega este rubro y entender cada vez más cómo funciona lo que me apasiona. Estar en los medios es una consecuencia que, sí, emociona.
¿Y después de Cannes? ¿Cuál es el próximo sueño o desafío?
Eso no se cuenta… aunque hay pistas en mis redes. Hay harto por trabajar ¡Se vienen cositas! #SARAH
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Fotos: Cinema chile
Fotógrafo: Blaise Tassou