“Enigmático” es quizás el término que mejor define al actor argentino radicado en Chile Paulo Brunetti, quien con orgullo señala que se le conoce por su trabajo en emblemáticos papeles de exitosas producciones nacionales, y no por su vida privada. ¿Quién es Paulo? Poco se sabe de él, y es que su vida privada descansa bajo un halo de misterio que él mismo ha puesto y que lo mantiene cómodo.
Hace 10 años llegó a Chile para hacer un papel en una obra de teatro, sus planes eran quedarse seis meses, sin embargo, fue contactado por Canal 13 para hacer una prueba de cámara y nunca más se fue. “Me dijeron que eran 10 capítulos, pero terminé haciendo como 60”, recuerda sobre sus inicios en la exitosa teleserie Lola, que se constituiría como su primer gran papel en TV, a pesar de haber interpretado pequeños roles en Argentina en las teleseries Resistiré y Montecristo.
“Me gusta mucho el país, la gente, tengo muchos amigos. Soy amante de la naturaleza, tengo el mar a una hora y la montaña a una hora para el otro lado; se dieron muchas cosas para que yo pudiera decidirme a hacer mi vida acá en Chile”, señala.

UN CHICO DE PROVINCIA EN LA CAPITAL

Paulo representa la historia que muchas veces se repite del joven con sueños que un día abandona su pueblo para triunfar en la capital, pero su historia parte en Puerto Madryn, al sur de Argentina.

En Chile es difícil estudiar una carrera artística, sobre todo viniendo de provincia. ¿Cómo fue tu partida a Buenos Aires?
La ciudad donde vivían mis padres es una ciudad chica y su idea era que todos estudiáramos ahí. Cuando les dije que quería estudiar teatro en principio no recibí aprobación, pero mi pasión por el teatro podía más, a pesar de sus reparos. Lo primero que quieren los padres para sus hijos es estabilidad y en esta profesión uno tambalea, porque a veces tienes un contrato y después no.   
Yo les dije que no les estaba pidiendo ayuda y eso es “lo peor que le pueden decir a un papá”; luego junté dinero y me fui a Buenos Aires. Cuando ellos vieron esa pasión, interés y entusiasmo que yo estaba poniendo, se dieron cuenta de que era lo que me hacía feliz y eso los hizo felices a ellos también.

Te fuiste solo, lejos de la familia, y ahora lo estás aún más acá en Chile, ¿cómo vives eso de las distancias con los seres queridos?
Hay mucha distancia la verdad, y eso es lo más difícil. Mi familia vive en el sur de Argentina, y para ir uno tiene que irse en avión de Santiago a Buenos Aires y de Buenos Aires a Puerto Madryn; es una reserva de ballenas, un lugar muy turístico. Cuando no estoy con trabajo trato de viajar o ellos viajan, ya están acostumbrados porque yo a los 18 años me fui de casa para estudiar, aunque perderse las fiestas y cumpleaños muchas veces es doloroso. 

¿Y dónde te encuentras realmente contigo mismo, en Argentina o acá?
Tengo mi lugar en el mundo acá, una casita cerca del mar en Navidad, un pueblo cerca de Matanza, a dos horas y media de Santiago. Ahí me arranco cada vez que puedo, salgo a caminar todas las mañanas, todas las tardes veo la puesta de sol, me gusta mucho el mar. En el verano trato de estar frente al mar todo el día, me gusta mucho un buen asado al aire libre, en el campo. Además, tengo cuatro perros, uno está en el campo, los otros tres están conmigo. Soy muy de andar al aire libre, por tanto, trato de pasar mucho tiempo en ese lugar que, para mí, es mi lugar en el mundo.

“NO ME QUEDO SENTADO EN CASA ESPERANDO QUE ALGUIEN ME LLAME PARA UN PAPEL”

Paulo ha dicho públicamente que no se siente cómodo con la denominación de galán de teleserie, sin embargo, es por roles de “galán” que le conocemos mayormente, aun cuando nos señala sentirse más cómodo en las tablas que frente a una cámara. “Lo más lindo es el teatro, es en vivo y en directo, es una adrenalina que no te la da la televisión, que uno repite a diario y que requiere concentración y preparación del cuerpo, y uno estudió para eso. La TV es una circunstancia que no se puede comparar con la magia del teatro”, señala.

Un aspecto muy poco conocido tuyo es que has comprado los derechos de una obra solo porque quieres hacer un personaje de ella, ¿es tan así?
Sí, he tenido la suerte de producir las obras que quiero en teatro, por eso he podido tener buenos personajes; por ejemplo, en “La gata sobre el tejado de zinc caliente” he ganado muchos premios haciéndola y fue todo un desafío, porque era un personaje que estaba borracho todo el tiempo. Lo que hago es buscar alguna obra que me guste, compro los derechos, pongo al director y desde ahí empezamos, y siempre ha sido así y siempre va a ser así.

Un emprendedor…
Claro, no soy un actor que se queda sentado en la casa esperando que alguien lo llame, tengo la posibilidad de hacer lo que a mí me guste.

En Argentina hay teatro todos los días, hay cultura de ir a ver obras, pero eso no pasa en Chile, ¿cómo observas la industria acá?
Yo creo que hace falta en Chile educar un poco más al público, hay poca gente que va al teatro, hay mucho público para espectáculos como los de Coco Legrand o Kramer, pero al teatro cuesta llevar a la gente. Yo creo que el rol del actor, que esté un poco desprestigiado, va por ahí; hay un trabajo que tenemos nosotros como actores que es llevar al público a los teatros.
Pero igual tanto el teatro como el cine y la TV han crecido mucho en los últimos años, hemos ganado un Oscar, la mejor película extranjera este año. Nos están reconociendo a nivel mundial, la TV por su parte está vendiendo sus productos afuera. Y en teatro hoy hay cinco veces más obras que las que había hace 10 años.

¿Tienes algún personaje favorito de los que has interpretado?
Hay personajes que marcaron, como Gustavo, de “Soltera otra vez”, la gente siempre recuerda eso. También me gustó interpretar a José de San Martín en Manuel Rodríguez y me gustó mucho el personaje de Valentino en Mujeres de Lujo.

Dijiste que no te gusta que te den papeles de “galán” …
No es que me moleste, pero sí me incomoda un poco el rol del galán. El galán siempre es el querido, por lo mismo siempre la gente me estima mucho, pero me gustaría hacer un personaje malo en una teleserie de vez en cuando o alguien con algún problema físico o enfermedad, algo dramático. A mí me gusta mucho el drama, pero la televisión me ha llevado mucho para la comedia.

Estás en el elenco de “Casa de muñecos”, la nueva nocturna de Mega, ¿puedes adelantar algo?
Mira, es una comedia romántica, trata sobre una mujer de unos 75 años a la que le diagnostican Alzheimer que decide separase y vivir la vida que no vivió durante los 50 años de casada, incentiva a sus hijas a hacer lo mismo y eso desencadena encuentros, desencuentros, desamores en esas hijas que yo creo que en este momento, que en estos tiempos que estamos viviendo con el tema del feminismo viene muy bien. Mucha gente se va a sentir identificada.

Y a propósito de mujeres, tienes mucho éxito, ¿te has sentido acosado en algún momento?
Uno acepta las reglas del juego (ríe). Te piden fotos, te piden videos, te mandan fotos a las redes sociales, algunas muy atrevidas. Yo lo manejo bien, no tengo problema porque de alguna manera yo devuelvo el cariño que me da la gente, soy muy agradecido y estoy convencido que donde estoy no llegué solo, sino que es gracias al público.
Hay mujeres que te mandan fotos tomando café y yo reacciono diciendo “wow, bien”, pero cuando me mandan fotos en paños menores, no, ¿tú cómo reaccionarías? Pero en general me va bien con las mujeres, me hablan en la calle, les gusta lo que hago, pero soy una persona muy comprometida con mi vida privada y no tienen ninguna posibilidad conmigo. Si alguien quiere ver si tiene una posibilidad conmigo, llegaron tarde, porque ya estoy en pareja.

SUPLANTACIÓN, CUENTAS FALSAS Y UNA ODIOSA CONFUSIÓN EN REDES SOCIALES

“Si tú buscas en Facebook Paulo Brunetti, te encuentras como con ocho perfiles y yo solo manejo uno, lo otros no sé. He tenido que denunciar a varios y algunos me han contestado que son como un club de fans míos, pero les escribo que pongan por favor que son un grupo de seguidores, que no soy yo”, nos comenta al hablar de redes sociales 

Eso de los perfiles falsos es común, pero tú tuviste algo más heavy, una suplantación con características de delito…
Sí, en Francia un hombre se ha hecho pasar por mí, abrió un perfil con otro nombre usando mis fotos y empezó a tratar de engatusar a una mujer. Y me enteré de que la mujer le prestó como dos mil euros y nunca más apareció. Investigaron y era un extranjero que pedía dinero haciéndose pasar por otra persona. Esa información me la mandaron por Instagram, preguntándome, y al decir que no era yo, comienza toda la cadena de investigación. 

Otro tema que has denunciado es que te confunden mucho con Bernardo Borgeat, el marido de la Jueza…
Sí, ¡eso ya colmó mi paciencia! Y no es que tenga algo en contra de Bernardo, pero me decían, por ejemplo, “qué linda la obra de teatro que estás haciendo, qué lindos los perros que tienes, lo único que no me gusta es que estés casado con la jueza”, y yo les digo, “¡perdón, pero esa es otra persona!”. Y yo sé que a Bernardo le han dicho qué linda teleserie que está haciendo. No es que me moleste la confusión con él en particular, sino el simple hecho de que te confundan, porque uno ha hecho un camino, ha luchado, y que vengan a poner logros que no son tuyos o logros tuyos a otra persona, me parece como complicado. Quizás es una estupidez, pero a mí me molestó.

LA BANDERA GAY DE PAULO

Existen momentos icónicos en la historia de la TV y uno de esos fue el beso homosexual protagonizado por Brunetti y Héctor Noguera en la teleserie “Mujeres de lujo” de Chilevisión; de hecho, fue una de las primeras escenas abiertamente gay de la TV nacional. Pero para Paulo, lo que pudo haber sido solo una escena o un personaje es un personaje muy recordado que le permitió llegar aún más a las audiencias nacionales, y convertirse más tarde en una especie de embajador de la causa homosexual a través del Movilh.

¿Cómo recuerdas el personaje de Valentino en “Mujeres de lujo”?
Era un personaje gay que estaba enamorado del personaje de Tito Noguera, que era como un mafioso, y fue muy fuerte hacerlo. Imagínate escenas con Tito, donde nos besábamos, y en esa época tenía como 75 años y hacer a esa edad por primera vez un personaje gay no debe haber sido fácil. Pero lo recuerdo como algo muy bonito, una linda historia de amor: un hombre enamorado de un mafioso, un tipo que no lo podías querer por ningún lado, pero este personaje lo amaba.

Y en la misma línea, fuiste embajador de la campaña “Amor es amor” del Movilh…
Sí, yo soy una de las caras visibles de una de las campañas del Movilh y obviamente siempre lo voy a aplaudir y siempre voy a estar ahí para cuando se hagan más campañas. Todos somos personas y tenemos el mismo derecho a amar.

UNA VIDA SIN APUROS

Paulo habla con Revista Sarah en tono calmado, resuelto y sin apuros. Nos comenta que su ideal de vida es muy relajado, le gusta el “desenchufe” que significa arrancarse al campo cada vez que puede y disfrutar de sus perros.
“Si me toca grabar entro a las 8:30 y salgo a las 18:30, llego a mi casa a pasear a mis regalones que son mis perros. Me preparo unos mates y preparo las escenas del día siguiente, una buena comida y a ver televisión y a estudiar para el otro día”, relata.

¿Y cómo es la vida de Paulo sin grabar, lejos de los sets de TV?
Me gusta estar en la cama hasta las 10 de la mañana tranquilamente, tomar un mate, salir a caminar, escucho mucha música, mucha ópera. Juego fútbol cuando mis amigos están disponibles. Me gusta ir al cine y al teatro. Trato de hacer una vida relajada. Ahora con la casita en el campo, voy seguido y eso me desenchufa mucho, si no me toca grabar por dos días seguidos, me escapo.

¿Te cuidas mucho?, ¿gimnasio, rutinas?
No voy al gimnasio, cosa que nadie me cree. Me gusta comer mucho, con eso no tengo restricciones. Pero sí me cuido la cara por el uso del maquillaje, debo usar mucha crema de día y de noche, me gusta tomar sol y por lo mismo durante el verano me cuido mucho la piel.