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Maduro, sensual y sin censura: Los 30 de Max Ferres

Por @palirosada

septiembre 2020

Con una personalidad que difiere de la imagen de “sexy boy” que vemos en sus redes sociales, el ex chico reality (etiqueta que prefiere dejar fuera de su currículum), acaba de entrar a los 30 años y sueña con tomar una mochila y recorrer el mundo. #Sencillo, #Encantador, #Deportista, #Viajero y, por sobre todo, #PadreOrgulloso; esos son los hashtags que definen al argentino que más suspiros ―y likes― provoca en Instagram.

El ejercicio es el siguiente: ingresar a IG, buscar a Max Ferres (31) y deleitarse con las cuidadas imágenes que muestran a un chico guapo, con una figura envidiable y sonrisa cautivadora… y obviamente también podemos apreciar las postales típicas de un influencer traveler, aquellas de lugares paradisiacos, naturaleza exuberante y postales alrededor del mundo. Pero volvamos a Max, porque hay varias fotografías para ver, y sí, sin polera ―bueno, con polera también― haciendo deporte, liderando equipos de maratonistas, mostrando rutinas fitness con sus bíceps marcados, abdomen de acero, ojos color avellana, barba perfecta y ese «qué se sho» tan característico de los argentinos.

SEXY DADDY

Max es hijo de una exjugadora profesional de vóleibol y estudió Educación Física, sin embargo, al crecer no pasaba desapercibido su enorme atractivo, por eso también incursionó en el modelaje y la publicidad, tanto en su natal Argentina como en Chile. Tiempo después ingresó al reality Doble Tentación de Mega, y a tres años desde aquel encierro, su actual propuesta comunicacional dista mucho del estereotipo del chico argentino farandulero que prueba suerte en la televisión chilena. “Yo creo se debe a mi forma de ser y a cómo me comporté adentro, nunca me involucré en problemas; y afuera tampoco tuve relaciones expuestas, ni he salido en programas de TV que generan el estigma de chico reality”, recalca.

Por eso, hoy dedica sus días a hacer clases, a ser embajador de importantes marcas deportivas, a viajar, y por supuesto, a ser padre de la hermosa Julieta. Hace nueve años, Max vio por primera vez el rostro de su hija, fruto de una relación con la bella fisicoculturista chilena Josefa Westphal. Tenía solo 20 años y lo recuerda como un momento ambivalente en su vida: “Fue difícil, tenía miedo, era muy chico, estaba en un país vecino y no tenía a mis papás, entonces costó un poco”, recuerda. Pero pasar el tiempo con su primogénita compensa cualquier problema del pasado, y así lo demuestra en sus redes sociales. “Estoy feliz, soy un papá súper joven y la relación que tengo con Juli es increíble, tenemos un lazo muy fuerte y mucha confianza”, cuenta orgulloso.

Ella también ha incursionado en el modelaje, debes estar chocho.

Sí, ella me veía y me copiaba un poco, y ahí me di cuenta de que se desenvolvía muy bien. ¡Yo no lo podía creer! Así que bueno, si le gusta, sigamos. 

¿Te gustaría tener más hijos?

Lo veo difícil en este momento, más que nada por mi trabajo, estoy inmerso en un proyecto nuevo y el año pasado estuve con Adidas Runner viajando por muchos países, ¡algo que adoro! tener un hijo ahora me frenaría un poco, prefiero esperar.

¿Y Juli no te ha pedido un hermanito o una hermanita?

Por parte de la mamá ya tiene una hermanita, pero cuando yo le preguntaba si quería tener un hermanito de parte mía, me decía que no automáticamente (ríe). Tampoco le gustaba la idea de que su padre tuviera una pareja, ¡era muy celosa! Pero ahora está más relajada, quiere que esté acompañado, me dice: “Papá, vos estás muy solo”.

¿Y le has hecho caso?

Hoy en día te puedo decir que sí, estoy en pareja. Aunque no es el momento de formar una nueva familia, cada uno tiene sus proyectos, ella tiene ganas de comerse el mundo, y yo de viajar mucho, recorrer y conocer diferentes lugares. 

LA VIDA SOÑADA

¿Cómo han vivido la cuarentena?

Al principio pasé un tiempo con Juli, después se fue con su mami, y estuve casi un mes y medio sin verla. Para el día del padre tuvimos la posibilidad de juntarnos, pero la extraño mucho, ha sido difícil a pesar de que hablamos siempre.

¿La cuarentena te ha puesto nostálgico?

Pensé que me iba a chocar un poquito más, pero fue todo lo contrario. He estado trabajando en redes sociales, incluso más que antes, y hago clases virtuales en la semana a través de Instagram; eso ha mantenido mi mente ocupada. 

Por ser una figura pública estás muy expuesto en redes sociales, ¿qué guardas para ti?

Mi vida privada. Cuando salí del reality nunca mostré a las personas que iba conociendo. Dejo ver lo deportivo, mis cambios de alimentación y cosas así, con eso no tengo ningún problema. 

El año pasado cumpliste 30, ¿hiciste algún balance?

Creo que desde que salí del reality y empecé a trabajar con una marca deportiva, hubo un gran cambio, mi mundo empezó a girar en torno a eso y a viajar. Me siento feliz de estar haciendo algo que me gusta y que además, me paguen.

¡La vida soñada!

¡Sí! La vida soñada, eso para mí fue increíble y un gran cambio después de mi exposición ante las cámaras.

¿SEX BOMB?

Eres una persona que se cuida y que sabe lo atractivo que es, pero ¿te gusta la etiqueta de “chico sexy”?

(Piensa) Me ha provocado varios problemas (ríe). A veces me ven de una manera que no soy: el chico bonito que se cree la muerte, pero cuando me conoces soy súper cercano, siempre lo he sido. Me ha pasado con un montón de gente, no se me acercan mujeres a hablarme por temor a que yo sea un pibe agrandado que no le importa nada, o personas que están conmigo y porque tengo un buen cuerpo dicen: “Ay no, si este es un cualquiera”; es complicado…

¿Te ha limitado mucho?

Claro, me limita a mí y a la persona que está conmigo, que no se puede desenvolver naturalmente, se sienten disminuidas, y al fin y al cabo soy una persona normal. No porque me tilden de bonito o que suba a redes sociales una foto con el torso desnudo va a cambiar algo.

¡No lo puedo creer! Uno pensaría que una persona como tú puede tener a quien quisiera al lado.

(Ríe) Y no es así, te lo juro por Dios que no es así para nada.

¿Y eres pretencioso?

No, uso cremas humectantes para la cara, me cuido un poquito más de lo normal porque trabajo con mi imagen, pero no soy loco por la moda, soy bastante relajado en ese sentido, pero sí me gusta verme bien.

Cuéntame sobre tu cirugía de ginecomastia.

La ginecomastia era algo que me molestaba tremendamente, onda me veía y me bajaba la autoestima. Fue por un periodo en que estuve compitiendo en fisicoculturismo y usé anabólicos que me produjeron el aumento mamario. Gracias a Dios me pude operar y no tuve ningún problema. 

Lograste cambiar algo que te producía inseguridad, pero ¿qué rasgo te da más seguridad?

Mi forma de ser, mi forma de comunicarme con los demás. Creo que tengo eso lindo de poder llegar a la gente sin importar quiénes sean ni de dónde vengan.

Y en redes sociales ¿qué te dicen?, o ¿qué te envían?

¡Llega de todo! De todos los colores y etnias (ríe), ni te puedo contar porque es demasiado, hay gente que se desubica y gente súper respetuosa. Y es parte de esto, no puedo controlar a la persona que está del otro lado, pero lo tomo con humor. 

EL MAX MÁS ÍNTIMO

Max estuvo casado con Josefa por cuatro años. “Tuvimos una relación larga, donde terminábamos y volvíamos. Era bien complicado. Estábamos con mi hija tratando de luchar por una familia, pero cuando no se podía más, cada uno siguió su camino”, afirma. Y quizás esa experiencia sea la razón por la que no le llama la atención el matrimonio: “No sé si me volvería a casar. Más que el matrimonio, creo en la unión, firmar un papel no cambia nada. Solo lo volvería a hacer si es que estoy con alguien que quiera vivir algo así”, afirma.

¿Cómo se conquista a Max Ferres?

¡Haciéndome reír! Soy muy sociable, y una persona que limite eso de mí me produce un rechazo al instante. Me atrae una mujer que sea feliz, divertida y viajera.

¿Tendrías una relación abierta?

No, no podría. Soy Aries, fuego (ríe), no podría tener una relación abierta… Ah, no sé en realidad, es que estando bien con una persona, compartiéndolo todo, no querría estar con otra.

¿Cómo sería una cita ideal para ti?

Puede ser en algún lugar natural, una montaña, tener una buena charla y tomar un buen vino.

¿Qué encuentras sexy en una mujer?

Los rostros atractivos me vuelven loco, y también una mujer inteligente, simpática; eso me llama mucho la atención.  

¿Qué es lo más loco que has hecho por amor?

¡Casarme a los 24 años! (ríe). Estaba enamorado, si no, no me caso nica. Mi familia, mis amigos, me decían: “Maxi, ¿estás seguro?”, “no te cases, tenés 24 años, ¡estás loco!”. Y bueno, me terminé casando.

¿Has sido infiel?

Fui infiel, me fueron infiel, perdoné una infidelidad y me perdonaron también. Pasé todo eso, ¡imagínate! Así y todo pude seguir.

¿En la intimidad eres juguetón, de cumplir fantasías o quizás más romántico?

Yo creo que fueron pasando etapas y también depende de la persona con quien estás, que te incentiva a explorar nuevas cosas, a mí me gusta ir variando y jugando.

Y dentro de estas variaciones, ¿has hecho un trío?

¡Eso me lo guardo para mí! (ríe) Que salga plasmado en la revista es complicado.

Entonces, cambiando de pregunta, ¿prefieres dormir con o sin pijama?

Sin pijama, por lo general duermo con calzoncillo y una polera.

¿Cómo te ves a los 40?

¡Uy! Esa es una pregunta difícil, porque me he cuestionado si sigo trabajando en lo que me gusta o agarro una mochila, me compro una camioneta para seguir viajando, o me compro un terreno en el sur de Chile, con una casa, animales y una huerta… por ahí va la cosa.

Fotografía: @patriciomercado