A sus 75 años, Vera Wang volvió a demostrar por qué sigue siendo un ícono de estilo indiscutido. La diseñadora estadounidense, reconocida mundialmente por sus vestidos de novia y su inconfundible sello estético, fue una de las grandes protagonistas de la Met Gala 2025, celebrada como cada año en el Museo Metropolitano de Nueva York.
Fiel a su esencia, Wang apostó por una propuesta tan elegante como provocadora: un vestido blanco de corte sirena con un pronunciado escote en V que llegaba casi hasta el ombligo, y una falda recubierta de pelo blanco que aportaba volumen y dramatismo. Como complemento, unas gafas de sol oscuras reforzaban ese aire de sofisticación moderna que tanto la caracteriza.
Pero si su elección de vestuario causó revuelo, su estilismo capilar no se quedó atrás. La diseñadora sorprendió al aparecer con un peinado radicalmente distinto al que nos tiene acostumbrados: una melena bob corta acompañada por un mini flequillo que muchos apuntan a que podría tratarse de una peluca. Sea como sea, el efecto fue contundente: Wang volvió a apropiarse de la alfombra roja como una verdadera figura de culto en la industria de la moda.
En un evento donde la temática suele marcar el rumbo de los estilismos, Vera Wang se mantuvo fiel a sí misma. La diseñadora optó por dejar claro que no hay edad para atreverse, ni reglas que seguir cuando se tiene estilo propio. Su presencia fue una declaración de intenciones: ella no busca encajar, sino destacar, incluso si eso implica romper esquemas.
Más allá de su figura envidiable -que ha dado lugar a titulares-, Wang ha confesado en entrevistas recientes que no sigue una rutina estricta para mantenerse en forma. Su secreto, según reveló al New York Post, está más en la actitud que en la disciplina. Entre hamburguesas de McDonald’s y donuts de crema de Dunkin’, su filosofía de vida parece resumirse en una frase: “El trabajo te mantiene joven y estimulada”.
Con esta nueva aparición, Vera Wang ha demostrado que la moda no tiene edad… ni límites. #SARAH