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Hernán Contreras: La desnudez de un actor sin su traje de galán

Por @palirosada

septiembre 2022

Es uno de los actores más guapos de la televisión chilena, aunque a él le cueste creerlo. Sencillo, de voz profunda y sensual, le gusta escuchar y ser escuchado. Un hombre de esencia sensible que desnuda en exclusiva sus secretos más profundos e inseguridades descabelladamente tormentosas: “Es complejo desde lo menos complejo ser actor”, confiesa.

En el brazo izquierdo de Hernán Contreras se dibuja un Aegishjalmur, símbolo de la cultura vikinga que protege a quien lo porte. “Quita el miedo y se lo da al enemigo”, relata el actor. Es una suerte de metáfora de su vida, de sus pensamientos, de sus propios fantasmas internos de inseguridad y autocrítica, aquellos temores con los que lidia de forma incesante. Por el contrario, en su pierna derecha se vislumbran unas franjas africanas que le rodean todo el muslo, inspiradas en los tatuajes del personaje de Tom Hardy de la serie “Taboo”. “En algunas tribus, cuando fallece un cercano, llevan brazaletes de luto. En ese tiempo estaba cerrando una etapa muy compleja que tuvo que ver con la muerte de mi papá; él estaba enfermo de cáncer, entonces por más que me gustara el dibujo, al final lo hice por él”, recuerda. 

EL DRAMA DE LA ACTUACIÓN 

Hernán estudió en la escuela de Teatro del Duoc UC y su primer proyecto televisivo fue la teleserie de TVN “Aquí mando yo”. De sus años de estudiante acarrea no solo las enseñanzas de un arte inestable en Chile, sino también una lesión crónica que se hizo en las tablas a los 19 años y cuyo dolor vuelve cada cierto tiempo. Este invierno fue en forma de lumbago, trastorno que no le ha impedido ejercer su profesión postpandemia. Su último personaje, Cristóbal en “Amar profundo”, fue parte de un triángulo amoroso junto a Marina (Pin Montané) y Eric (Pedro Campos), mientras lucha por el cariño esquivo de su hijo.

¿Cómo fue esa experiencia en una teleserie que recuerda a las antiguas producciones de Vicente Sabatini grabadas fuera de Santiago?

Mega está apelando a eso, a irse a un lugar a grabar y mostrar distintas partes de Chile. Cuando me presentaron a Cristóbal pensé “¿qué va a pensar la gente?”, “¿del lado de quién se van a poner?”, y fue entretenido ver cómo en las redes sociales se formaron equipos.

¿Qué ha sido lo más interesante de interpretarlo?

Creo que la intensidad del personaje. Él partió muy tranquilo, pero quería recuperar a su hijo y al amor de su vida. Ese conflicto casi moral ético de si somos dueños de nuestros hijos por traerlos al mundo; o que el papá es quien cría, pero si no lo abandonaste y alguien más lo crió, ¿tienes derecho a volver y exigir? Cuando me presentaron el personaje supe que iba a ser entretenido desarrollarlo.

¿Existe cuestionamiento sobre el personaje cuando lo estás preparando?

Uno pasa por eso con todos, tratar de entender por qué actúan como actúan. Escuchas la visión de un compañero, hacia dónde lo quiere enfocar el director, y vas construyendo a medida que lees el texto. Tienes que tratar de entender de dónde viene y no juzgarlo. 

LA CIMA Y LA ESPERA DE UN LLAMADO

¿Creerse el cuento o ser humilde? Ese quizás es un dilema eterno entre los actores, dilema del que Hernán no ha estado ausente. De hecho, nos señala que “la lucha constante con el ego, estar siempre aterrizado, no creerse demasiado el cuento», son las principales lecciones que le ha tocado aprender en esta carrera. “Siempre te dicen que hay que creerse el cuento, pero si te lo crees demasiado, la caída puede ser muy grande”, señala.

¿Te ha pasado?

¡Sí! Cuando entré a las teleseries muchas veces me dijeron que iba a ser el próximo Benjamín Vicuña, confían en ti, y aunque no es la única razón, a veces hay que cultivar el lobby y yo no soy bueno para eso, no baso mis relaciones por interés, estratégicamente hablando. Me vi sin pega por dos años, no me llamaron para nada luego de estar cinco años con pega estable donde me proyectaba tal como me decían: “Que iba a ser un exitazo”. Al final, uno no tiene nada asegurado. 

“¡Sí! Cuando entré a las teleseries muchas veces me dijeron que iba a ser el próximo Benjamín Vicuña, confían en ti, y aunque no es la única razón, a veces hay que cultivar el lobby y yo no soy bueno para eso”.

Y pensando en esos cinco años iniciales de éxito, ¿te veías siempre triunfando?

Uno empieza a creer que vendrán las marcas, una película, obras en un teatro importante, pero no; siguen saliendo actores y actrices, puedes estar arriba y después abajo.

¿En qué momentos te sentiste así? 

Con “Pacto de sangre” hubo un alza y grabé una teleserie en Canal 13 que aún no sale al aire, y la negociación fue desde otro lado, no desde “ya hice este personaje que funcionó bien y me van a amarrar con algo más”. No, cada una es una pega diferente. 

Claro, finalmente los actores trabajan por proyecto…

Exacto y uno piensa “pucha, ¿qué me falta?” o “¿por qué los otros y no yo?”, es inevitable entrar en eso. Somos muchos actores a los que nos van llamado solo para proyectos, eso somos, prestamos servicios. 

Y el compararse es inevitable.

Es inevitable, uno no lo debería hacer, porque cada uno tiene su propia realidad, pero hay algo que nos hace humanos y es que no somos perfectos. Es inevitable decir “pucha, me gustaría tener la seguridad laboral que tiene el otro”. Empieza la autocrítica, te miras en pantalla y dices “chuta, eso estuvo mal”. Ves el carisma que tienen los otros y que a uno le falta, y quieres trabajarlo, pero te trabas… Es complejo desde lo menos complejo el ser actor.

Los actores en general se miran actuando, ¿eso es un ejercicio de autocrítica o una dosis de narcisismo?

Es más desde la autocrítica, desde la inseguridad, la autoexigencia. Lo miro y digo: “Esta decisión pudo haber sido mejor”, “¿por qué lo dije así?, ¿por qué usé ese tono?” De repente me ofuscaba porque creía que estaba tomando la decisión correcta y el director me rebatía, pero después lo entiendes. No me veo mucho porque al final lo paso mal, prefiero tratar de hacer lo mejor posible y desligarme. Que se cuente la historia.

“El PARACETAMOL”

En un capítulo del popular podcast “Con la ayuda de mis amikas” de Valeria Cárcamo y María José Castro, Hernán participó como invitado junto a la también actriz Pin Montané. En esa oportunidad, el intérprete relató que nunca ha tenido un personaje tan icónico como “La flexible” de su colega en “Soltera otra vez”. “¡Uf! Sabes, es que depende del contexto. La Pin tuvo un personaje que fue demasiado reconocido, yo no he tenido un nivel de reconocimiento tal, y existen muchos ejemplos”, señala. 

Claro, están el “Toro Mardones”, “Juan del burro”…

¡Exacto! Personajes icónicos, pero aun así creo que he tenido la suerte de hacer personajes distintos. No sé cómo lo evaluará el público, pero miro para atrás y Cristóbal de “Amar profundo” es completamente distinto a Alonso de “Pacto de sangre” o al Gabo de “Veinteañero a los 40”. Y si bien tengo un margen de participación de enamorado o villano, igual han sido diferentes. 

Volviendo a “Con la ayuda de mis Amikas”, ahí también surge este apodo de “El Paracetamol”, una suerte de personaje icónico, pero en la vida real; ¿cómo cambió la percepción de la gente sobre ti?

Yo había subido a Instagram un desnudo que hice junto a @fernando.fotografias y eso llamó la atención. Sabía que existían las Amikas, una amiga las escuchaba y me mandó el capítulo cuando hablan de las fotos y Vale dice: “Oye, es muy guapo”, pero Coté le responde: “No sé, yo lo encuentro genérico”. En Instagram me preguntaron sobre eso y les dije que con lo de genérico me sentí como un Paracetamol. Y ahí empezó ese efecto de la comunidad que escucha el podcast, se sintió súper bien recibir tanto cariño. De repente me preguntan ¿oye, te molesta que te vean como un objeto? Pero es parte de un fenómeno nada más.

Pero es todo un tema igual.

Sí, es tema, porque hay gente que puede faltar el respeto. Yo veo Instagram como los muros de un baño que uno raya, la gente no se queda pensando en lo que puso, lo deja y se van a otro muro a escribir. Lo tomo como parte del efecto de crear esta idea del Paracetamol. Ahora, si hay una intención directa de hacer daño o criticar, ahí me molestaría.

Y hablando de fotos sensuales, como las que acompañan esta entrevista, ¿siempre tuviste esa seguridad con tu propia piel?

No (ríe). La fui desarrollando en la escuela de Teatro. Siempre he sido una persona súper insegura y lanzarme a hacer estas fotos era un check. Nunca he tenido problemas con mi cuerpo, pero exponerlo públicamente en fotos fue un gustito que quería darme. En pandemia empecé a comer mejor, a hacer ejercicio y vi los efectos, entonces le dije a Fernando que las hiciéramos y fue un trabajo súper bonito, respetuoso. 

“No sé si soy tradicional, pero nunca he bajado Tinder. La gente que he conocido ha sido por Instagram. He generado vínculos, algunas relaciones han funcionado bien y otras las he manejado mal, he salido dañado y he dañado”.

Eres actor e imagino que la relación con tu cuerpo es mucho más liberal, ¿qué te pasa con la desnudez?

No me cuesta desnudarme porque lo entiendo como parte de la pega, tengo que estar dispuesto a hacerlo y no me molesta, pero no tiene que ver con una seguridad del cuerpo, voy no más. Le puedo discutir al director, pero si al final es lo que quiere, vamos. La relación con el cuerpo como actor va y viene. Tengo 34 años y cada vez es más difícil mantenerlo. Ahora estoy enfocado en eso, porque por último si me están llamando de galán, tengo que tratar de estar como galán.

Y así fue como también hiciste el personaje de El Manguera en la obra “Con vergüenza”.

Era entretenido hacer al Manguera, que la gente se preguntara si era verdad o no era verdad, y ¡no es verdad! (ríe). No sé Gonzalo Valenzuela, pero yo usé prótesis. Lo pasé bien, la gente se entretenía con la obra, esperaban el desnudo y el espectáculo. 

Sin desmerecer tu talento, ¿crees que tu belleza influyó también en tu llegada a la TV?

Claro, pero partamos por mi tía, no tengo vergüenza en contar que fue una productora muy importante de Sabatini en TVN, estoy sumamente agradecido de que ella haya pasado mi currículo para una prueba de casting, porque no fue como “mete a mi sobrino”. Mi tía se había ido a CHV y tiene una política de no meter familiares en puestos, te lo tienes que ganar. No soy un regalón que me llamen por la buena onda que tengo con los jefes, me llaman porque sale mi nombre y destruye la teoría del ‘apitutado’, y sería súper creído decir me llamaron por mi pinta.

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Pero igual influye…

Creo que cumplo un canon.

Claro, con una hegemonía.

¡Exacto! Tomémoslo así, la belleza hegemónica, que no me creo, pero está ese concepto: ser más clarito, ojos claros, alto, influye. En mi primera teleserie, “Aquí mando yo”, estaban buscando ese personaje y creo haber dado una buena prueba porque después me lo dijeron, pero obvio que el look daba. Creo que sí influye la belleza, y no hablo por mí sino por otros actores y actrices, pero también un cierto carisma, insisto, sacándome a mí de la ecuación.

Es como el ángel.

Eso, pero sí reconozco que tiene que ver. Conozco a muchos actores y actrices que son tremendamente talentosos. Yo salí del Duoc con otros sesenta actores más, y muy pocos tuvieron oportunidades de pega porque muchas veces no cumplen ciertos arquetipos. Lamentablemente es así.

¿Qué otro tipo de personajes te gustaría hacer?

Es una pregunta que me hacen harto, pero no logro responder. Me gustaría no tener que hacer siempre…

¿El galán?

¡Claro! El galán. Me gustaría explorar otros lados, y perfeccionarme, porque no significa que lo vaya a hacer bien.

SER CONTRERAS

Hernán se reconoce busquilla, además de la actuación es músico autodidacta. Aprendió a tocar el bajo a los 16 años gracias a la ayuda de su hermano y forma parte del grupo Le Fruto. Y en pandemia, mientras hacía el aseo o descansaba durante las noches, se obsesionó con el formato podcast, por eso decidió explorar ese lado de la comunicación. Creó “Ser Contreras”, donde tiene eternas conversaciones con personas que se desarrollan en diferentes áreas. 

Me llama la atención que los capítulos de “Ser Contreras” sean súper largos.

¡Sí! Yo creo que muy poca gente llega al final (ríe), pero los que lo hacen es porque quieren escuchar gente conversar y ver distintas visiones. Es un espacio con el que no pretendo hacerme rico ni famoso, es para quien lo quiera escuchar. Va a sonar cliché, pero es tanto para todos como para nadie. 

Crop Top Negro: @c.a.l.f.i en @edicionlimitada.scl

Hablando de una buena conversación, imagino que es una de las cosas que te atrae cuando estás saliendo con alguien.

Claro, que le guste conversar, que sea curiosa, que tenga de qué hablar. No me interesa que sea culta y la persona más grandilocuente, sino que tenga ganas de comunicarse en serio; y también el sentido del humor, que sea independiente, relajada. Pero eso es un ideal, yo soy súper mañoso, mal genio, tengo hartas mañas, entonces sería patudo juzgar a la persona con la que me involucro. 

¿Has probado con apps de citas o eres más tradicional?

No sé si soy tradicional, pero nunca he bajado Tinder. La gente que he conocido ha sido por Instagram. He generado vínculos, algunas relaciones han funcionado bien y otras las he manejado mal, he salido dañado y he dañado. Soy más espontáneo, soy de ese like en Instagram que no es tan directo como Tinder. 

“Tengo 34 años, ya no veo cercana la idea de ser papá que dije que era a los 35. Ojalá poder seguir trabajando como actor, es lo que estudié, pero quiero aprender más cosas, eso me pasó en pandemia, descubrí otras áreas, ya no me cierro solamente en la actuación”.

En una entrevista dijiste que tu edad límite para tener hijos eran los 35 años, ¿cómo va ese tema?

Ya estoy súper cerca (ríe). Lo veía muy lejano, la pandemia nos robó dos años, el tiempo pasa rápido y ahora mi edad límite se pospuso. Tengo a mi gata Kiwi que es como mi hija, pero me cuesta hablar de futuro. Uno no puede hacer planes tantos años porque todo puede cambiar.

Y hablando de eso, ¿en qué etapa de la vida sientes que estás?

Redescubrimiento, que tiene que ver con lo profesional y lo vocacional, qué quiero hacer de aquí en adelante. Tengo 34 años, ya no veo cercana la idea de ser papá que dije que era a los 35. Ojalá poder seguir trabajando como actor, es lo que estudié, pero quiero aprender más cosas. Eso me pasó en pandemia, descubrí otras áreas, ya no me cierro solamente en la actuación. #SARAH

Slip: @atypicallbaby

Fotógrafo: @fernando.fotografias con un iPhone 13 Pro Max

Maquillaje y cabello: @phricat

Styling: @_lucas.wayne_